Es el año 2016 y transcurren las primarias del Partido Republicano. Se enfrentan el expresidente de Estados Unidos (EEUU), Donald Trump, y el senador por Florida, Marco Rubio. En un ambiente cooptado por las descalificaciones cruzadas, Rubio halla su oportunidad de atacar y señala, entre risas, el tamaño de las manos de su contendor. "Ya sabes lo que dicen de los hombres con las manos pequeñas", agrega. Lo que no sabía el parlamentario, en ese entonces, es que su observación iba a escalar hasta convertirse en una marca y protagonizar un conflicto judicial. 

Ocho años después, el Tribunal Supremo de EEUU rechazó el intento de un activista político de registrar la frase "Trump too Small (Trump demasiado pequeño)" en unas camisetas que antes había fabricado y puesto a la venta. El actual aspirante a la Casa Blanca ya había manifestado su posición en el debate de 2016, cuando exhibió sus manos al público y le informó al público que "que no hay ningún problema". 

Los medios de comunicación, el día después del episodio, estallaron de titulares que hacían alusión a la respuesta del magnate. "Donald Trump defiende el tamaño de su pene", publicó CNN. "Donald Trump asegura a América que está bien dotado", salía en la portada de Vainty Fair.

Ahora la situación es distinta. El descubrimiento de Rubio traspasó lo anecdótico y las referencias de la prensa y se trasladó al terreno de las leyes. Con el debate en cuestión, temas sensibles como la libertad de expresión se han vuelto a poner en la palestra.

Precedentes

Dos años más tarde que el inédito debate, el abogado Steve Elster registró "Trump too Small" como marca comercial para el uso de camisetas. En defensa de su decisión dijo que la idea era "transmitir que algunas características del presidente Trump y de sus políticas eran diminutas". De ese modo, lo que arrancó siendo una broma hacia sus extremidades, pasó a ser una ofensiva con fines políticos y comerciales.

Fue en ese momento que comenzó la disputa en tribunales. Los abogados de Elster argumentaron que "la marca critica a Trump utilizando un doble sentido, invocando a un intercambio ampliamente publicitado en el que se comentó sobre su anatomía". Al mismo tiempo, los abogados señalaron que el producto buscaba expresar lo que tanto Elster, como muchos otros en el país norteamericano, piensan sobre "la pequeñez del enfoque general que tiene para gobernar como presidente de los Estados Unidos".

Todo lo anterior, como una manera de justificar la movida y asociarla a una forma de libertad de expresión, derecho altamente resguardado en la Primera Enmienda. Pese a lo anterior, el responsable de las camisetas estaba al tanto de que la ley federal prohíbe el registro de una marca con el nombre de una persona viva sin su consentimiento. El primer revés lo tuvo con la Oficina de Patentes y Marcas de EEUU, la cual denegó el registro. Poco después, y ante un intento desesperado del abogado por vencer en la contienda, la Junta de Juicios y Apelaciones de Marcas de la USPTO también denegó la idea, sumándose al argumento antes expuesto. 

Su suerte cambió finalmente, cuando un tribunal federal de apelación consideró que la denegación violaba los derechos de Elster amparados en la Constitución. Desde ese entonces, varios actores plantearon la hipótesis de que la decisión de Elster había sido afectada por las agencias y los demás intereses involucrados. 

El final de la trama parece haber llegado. La resolución del Tribunal Supremo este jueves quita toda posibilidad de que camisetas con esa frase continúen difundiéndose. Pese a lo anterior, nada impidió que Elster fabrique las camisetas y que durante ocho años la frase "Trump too Small" se haya posicionado con semejante fuerza.