El expresidente y candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, bromeó sobre la debilidad política de su rival, Joe Biden, en un mitin en Grand Rapids (Michigan), el primero tras su intento de asesinato de hace una semana.
Trump, que lucía un vendaje ligero y discreto en la oreja que resultó lesionada en el ataque, salió al escenario en un estadio repleto de seguidores entre gritos de "USA" y "¡Lucha!" y, tras agradecer el apoyo, empezó a lanzar dardos a su oponente a las elecciones.
Primero señaló que la campaña de Biden lo describe como una "amenaza para la democracia" y sentenció: "La semana pasada, me llevé un balazo por la democracia", y después se desligó del 'Proyecto 2025' al que esta lo asocia, calificando a sus creadores de "derecha radical" y "extremista".
Pasó entonces a proponer una encuesta sobre qué candidato demócrata es "mejor si queremos ganar": el nombre de la vicepresidente Kama Harris fue recibida con abucheos, y el del presidente Biden con vítores. "No creo que tengamos que ir mucho más lejos", apostilló.
"En este mismo momento, los jefes del Partido Demócrata están frenéticamente intentando derribar los resultados de las primarias de su propio partido para sacar a Joe Biden de las papeletas", comentó, mofándose más tarde de que el partido "no tiene ni idea de quién es su candidato".
También capitalizó la débil actuación de su oponente en el debate de finales de junio, tras el cual empezaron las presiones de líderes demócratas para que Biden abandone la carrera presidencial: "¿Quién ganó el debate, Biden o Trump?", preguntó, suscitando gritos con su apellido.
"Este es un hombre enfermo, débil y patético que no puede presentarse a unas elecciones", declaró con dureza.
"Cuando voten por Biden, probablemente estén votando indirectamente a Harris, de todas formas", agregó el expresidente, que aprovechó para repetir sus denuncias infundadas de fraude electoral o "trampas" en las anteriores elecciones que perdió frente a Biden.
Trump, con un tono distendido y visiblemente cómodo, retomó buena parte de los puntos de campaña que enarboló en su discurso de aceptación de la nominación republicana esta semana, incidiendo en puntos como el control de la inmigración ilegal y "recortes fiscales adicionales".