“¿Nadie va a decir nada en este avión?”, gritó un hombre de mediana edad de pie en el pasillo de la aeronave antes de su despegue de Atlanta (Georgia). Cuando una mujer le respondió que no podían oírle, vociferó de nuevo: “¿No me pueden oír? ¡Donald Trump, baby!”. Aplaudió él solo. “¿Tenemos unas zorras de Hillary aquí?” Volvió a aplaudir. “¡Donald Trump! ¡Es el presidente de cada uno de vosotros! Si no os gusta, se siente”.
Sucedió el 22 de noviembre, dos días antes de Acción de Gracias y cuando algunos estadounidenses ya se desplazaban por el país para volver a sus hogares a celebrarlo con sus familias. El hombre era un pasajero de Delta Airlines, cuya tripulación decidió dejarle proseguir el viaje después de hablar con él.
Sin embargo, una pasajera había grabado el incidente y el vídeo corrió como la pólvora por internet; justo lo que quería el problemático pasajero, según contó la autora del vídeo, Emma Baum de 21 años, al periódico local The Morning Call. Baum, que vive en Belize, subió la grabación a su cuenta de Facebook bajo el comentario: “No hizo falta mucho tiempo para darme cuenta de que estoy de vuelta en Estados Unidos”.
La elevada tensión en nuestra sociedad implica ahora más que nunca que debemos requerir civismo en nuestros aviones.
La aerolínea se disculpó primero en redes sociales y este lunes hizo público un correo que su consejero delegado, Ed Bastian, ha enviado a sus empleados. En él apoya la actuación de sus empleados, pero argumentaba que si hubieran visto todo lo que muestra el vídeo, “no hay duda de que lo habrían expulsado de la aeronave”. Bastian es tajante: este hombre “nunca más obtendrá permiso para subirse a un avión de Delta”.
El directivo de la empresa estadounidense ha calificado el comportamiento del pasajero de “ruidoso, maleducado e irrespetuoso” hacia los demás pasajeros. Defiende que para ser una empresa líder y en la que puedan confiar sus clientes, también deben entonar el mea culpa cuando sea necesario: “Debemos reconocer nuestros errores para poder aprender de ellos y responder de forma más efectiva en el futuro”. Delta se ha disculpado con las personas que viajaban a bordo del vuelo y va a devolver el dinero del billete a todos los pasajeros afectados.
Bastian asegura a sus empleados: “La elevada tensión en nuestra sociedad implica ahora más que nunca que debemos requerir civismo en nuestros aviones (…), tratar a los demás con dignidad y respeto. También debemos permanecer comprometidos más que nunca con la seguridad de nuestros clientes y miembros de la tripulación. No toleraremos nada más”.