La Administración Obama ha tomado medidas contra Moscú por su supuesta injerencia en las elecciones que coronaron al candidato republicano, Donald Trump.
El presidente saliente ha sancionado a un puñado de agencias rusas, compañías y ciudadanos por su supuesta participación en el robo de información para impactar el proceso electoral.
También ha declarado persona non grata a 35 "diplomáticos" rusos en respuesta al "acoso a nuestro personal diplomático en Rusia por parte de personal de seguridad y la policía". Los afectados deberán abandonar el país en 72 horas.
Asimismo, a partir del mediodía de este viernes, Rusia perderá el acceso a dos complejos que mantiene en los estados de Maryland y Nueva York.
"Estas acciones (...) constituyen una repuesta necesaria y apropiada a los esfuerzos para dañar los intereses de Estados Unidos en violación de normas internacionales de conducta", afirma Obama en un comunicado. "Todos los estadounidenses deberían alarmarse por las acciones de Rusia".
Washington culpa a Moscú del pirateo de correos electrónicos del jefe de campaña de Hillary Clinton, John Podesta, y el Comité Nacional Demócrata que el portal de filtraciones WikiLeaks publicó durante la contienda electoral.
Los emails sugerían que el Partido Demócrata había favorecido en secreto a la ex secretaria de Estado durante las primarias y revelaban conflictos en el círculo de los Clinton. La candidata demócrata apuntó recientemente a esta supuesta interferencia rusa como uno de los factores de su derrota en las urnas.
En rueda de prensa hace dos semanas, Obama prometió tomar cartas en el asunto. "Tenemos que actuar y lo haremos", aseguró. También conectó el supuesto complot con el más alto nivel en el Gobierno en Moscú. "Pocas cosas pasan en Rusia sin la aprobación de Vladímir Putin".
Tanto el Kremlin como Trump, que ha prometido reforzar las relaciones con Rusia, han negado que las acusaciones tengan fundamento alguno. "Creo que es ridículo", dijo el presidente electo en una entrevista en Fox News. "Creo que es simplemente otra excusa".
El líder de los republicanos y presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, ha señalado que "aunque la acción tomada hoy por la Administración llega tarde, es una manera apropiada de acabar ocho años de políticas fallidas con Rusia".
El temor a que una potencia extranjera pudiera haber hackeado las elecciones para hacer que Trump ganara llevó a la candidata verde, Jill Stein, a solicitar un recuento en tres estados del Medio Oeste. La iniciativa, sin embargo, no ha alterado el resultado.
La Casa Blanca ha informado de que el presidente ha enmendado una orden ejecutiva dictada el año pasado para poder responder contra ciberataques encaminados a interferir en procesos electorales.
La respuesta rusa causará "notables molestias" a EEUU
El gobierno ruso tardó poco en reaccionar y varias voces aseguraron que las sanciones impuestas por Estados Unidos buscan impedir el restablecimiento de las relaciones bilaterales con la próxima Casa Blanca.
"Esos pasos unilaterales persiguen el objetivo de perjudicar las relaciones y dificultar su restablecimiento en el futuro", dijo Konstantin Dolgov, representante del Kremlim para Derechos Humanos, Democracia y Estado de Derecho, a medios locales.
Por su parte, el portavoz del Kremlim, Dimitri Peskov, afirmó que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, se reserva el derecho de responder a las decisiones estadounidenses con medidas que respetarán el principio de "reciprocidad".
Adelantó que el presidente no se dará prisa en adoptar medidas de respuesta, si bien éstas causarán "notables molestias" a EEUU. A su vez, Dolgov tachó las medidas de "contraproducentes" y como todas las sanciones contra su país de carecer de toda perspectiva.
Acusó al actual Gobierno estadounidense de Barack Obama de "haber perdido el norte" con su "histeria sancionadora" contra Rusia.
El presidente ruso ha negado en numerosas ocasiones que el Kremlin esté detrás de una supuesta injerencia en el proceso electoral estadounidense.
"¿Acaso Estados Unidos es una república bananera?", dijo en una ocasión.
Y acusó a los autores de esas denuncias, en particular a la derrotada candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, de intentar ocultar los problemas reales que afectan a la sociedad estadounidense.
Clinton acusó a su rival, el presidente electo, Donald Trump, de aliarse con Putin y WikiLeaks para publicar decenas de miles de correos electrónicos para perjudicar su candidatura.