A menos de dos semanas de asumir la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump ha confirmado un punto clave para su futura Administración. El peso de la inteligencia estadounidense recaerá sobre el exsenador Dan Coats, ha informado este sábado el equipo de transición del magnate neoyorquino.

La nominación de Coats, cuyo nombramiento como Director Nacional de Inteligencia tiene que ser aún confirmado por el Senado, llega un día después de que Trump conociera de manos de los directores de la CIA, el FBI y el todavía Director Nacional James Clapper, el informe que muestra que Rusia intervino, con toda las armas que tuvo a su alcance, en la campaña presidencial para tratar de facilitar su llegada a la Casa Blanca.

"Estoy muy convencido de que el senador Dan Coats es la elección adecuada para ser Director de la Inteligencia Nacional", ha señalado Trump, quien ha prometido "la constante vigilancia de aquellos que tratan de hacernos daño". El presidente electo considera que el exsenador "ha demostrado su profunda experiencia y su buen criterio" para desempeñar un puesto de este calibre.

Si es confirmado por el Senado, Coast, de 73 años y republicano, puede ser una pieza clave para Trump en ambas cámaras gracias a las buenas relaciones del exsenador con sus compañeros de partido y con los demócratas, además de su reputación de persona diligente y con buen temperamento. Sin embargo, pese a las buenas relaciones que Trump insiste en mantener con Rusia, la elección de Coast no puede interpretarse como un guiño a Moscú. Coast es conocido por ser un férreo defensor de aplicar políticas duras contra Rusia. 

Exmilitar y persona 'non grata' en Rusia

Coats, natural de Michigan, sirvió en el Ejército entre 1966 y 1968 y, además de representar al estado de Indiana como congresista y como senador, fue embajador de EEUU en Alemania entre 2001 y 2005. Su último período como senador acabó el pasado 3 de enero, ya que no se presentó a la reelección al Senado en 2016.

Durante sus años en Alemania, se encargó de reparar la chapuza de operación en la que la CIA secuestró por error a un ciudadano alemán confundiéndole con un terrorista. Coast fue el encargado de explicarle al Gobierno alemán lo que había pasado y se le pidió mantener el incidente en secreto, ha recogido el diario The Washington Post.

Coats es, al igual que el vicepresidente electo, Mike Pence, una figura política de fuertes valores conservadores, aunque con hitos en su carrera política como su posición favorable al control de armas o su oposición a que personas abiertamente LGBT sirvan en las fuerzas armadas. Por otra parte, las posturas que Coast ha manifestado respecto a inteligencia y política exterior no encajan con las de Trump y sus asesores más cercanos.

"No soy un gran fan de Putin", afirmó en otro discurso ante el Senado. "No soy tampoco un gran fan de Rusia". Sin embargo, en el mismo discurso se mostró abierto a formar una alianza con Rusia para luchar contra el Estado Islámico, una posición que Trump ha defendido, pese a que la intervención militar rusa en Siria se ha centrado en apoyar al dictador Bashar al-Ásad más que en combatir a EI.

Como congresista, Coats presionó de forma activa al Gobierno de Barack Obama para que tomara medidas contra Rusia por la anexión de la península ucraniana de Crimea en 2014 y por el apoyo del Kremlin a los separatistas prorrusos de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania. La represalia de Moscú no se hizo esperar y se le incluyó en una lista de funcionarios estadounidenses a los que se prohibió la entrada en Rusia indefinidamente.

Trump ha manifestado con frecuencia opiniones positivas sobre Putin y ha hecho un llamamiento a estrechar las relaciones con Rusia. Incluso después de ver el informe de inteligencia, el magnate se refirió al tema a través de su cuenta de Twitter para afirmar que "tener una buena relación con Rusia es algo bueno, no malo. ¡Solo los 'estúpidos' o los bobos pensarían que es malo! Tenemos suficientes problemas en el mundo como para ganar otro".

Sin embargo, a ese mensaje le ha seguido otro que dejaría entrever el tono de la relación bilateral: "Cuando sea presidente, Rusia nos respetará más de lo que hacen ahora y ambos países podrán, quizá, trabajar juntos para resolver algunos de los grandes y apremiantes problemas del mundo".



Coast, que no apoyó durante la carrera presidencial a Trump sino a su rival Marco Rubio, sí está alineado, sin embargo, con el presidente electo en mantener abierta la base de Guantánamo en Cuba, centro de detención sujeto a un intenso debate internacional por la presión sobre los abusos de los Derechos Humanos y que Obama ha intentado cerrar, recoge The Guardian. El año pasado, Coast afirmó que Guantánamo es "una herramienta importante en los esfuerzos de contra el terrorismo".

De ser confirmado, Coast asumirá el desafío de reconciliar a las agencias de inteligencia del país con el equipo del presidente electo y lograr que fluyan las tirantes relaciones diplomáticas y de inteligencia entre Washington y Moscú.

La inteligencia nacional sobre sus hombros

La Oficina Nacional de Inteligencia es el órgano que coordina las 16 agencias de inteligencia del país (entre ellas la CIA, la Agencia Nacional de Seguridad -NSA, su sigla en inglés- o el FBI), informa a diario al presidente para que cuente con la información más reciente a la hora de tomar las decisiones que considere adecuadas ante las amenazas en materia de seguridad. El equipo de transición de Trump ha dejado claro que antes de los atentados del 11-S, las agencias de inteligencia "no fueron eficaces a la hora de coordinar su trabajo" y que por eso se creó, en 2004, esta posición de Director Nacional por encima de las 16 organizaciones.

La nominación de Coats llevaba varios días ocupando titulares en los medios nacionales e internacionales. Al conocerlo, el propio exsenador afirmó que "es un honor ser propuesto" para el cargo y que "disponer de una estructura fuerte y responsable es esencial para la seguridad de nuestro país". 

"Si soy confirmado, me aseguraré de que quienes tienen que tomar decisiones en este terreno dispongan de toda la información que necesitan para proteger al pueblo estadounidense de las amenazas que afronta nuestra nación", ha añadido.

Fuentes oficiales familiarizadas con las posturas de Coast sugieren que no se precipitará en la revisión de la estructura de las agencias de inteligencia, como ya ha insinuado Trump que ejecutará cuando tome posesión. "Cualquier reforma a la estructura de la comunidad de inteligencia la realizará con gran cautela y responsabilidad", ha asegurado esta fuente según Reuters. Durante semanas se ha especulado con que el presidente electo podría reducir las funciones del Director Nacional, aunque no eliminarlas, algo que está aun por definirse.