Los fiscales generales de 16 estados norteamericanos han emitido una declaración conjunta en la que condenan la orden ejecutiva que prohíbe el ingreso en Estados Unidos a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana.
"Como jefes de los funcionarios legales de más de 130 millones de estadounidenses y residentes extranjeros de nuestros estados, condenamos la inconstitucional y antiestadounidense orden ejecutiva del presidente Trump", señalan los fiscales firmantes, entre los que se cuentan los de California, Nueva York o Pensilvania.
Los fiscales aseguran que van a "trabajar juntos para garantizar que el Gobierno federal obedece la Constitución, respeta nuestra historia como nación de inmigrantes y no ataca ilegalmente a nadie por su país de origen o su religión". Así, defienden que la "libertad religiosa ha sido y siempre será el principio fundacional de nuestro país y ningún presidente puede cambiar esa verdad".
La declaración "aplaude" la decisión de varios tribunales federales que han paralizado la aplicación de la orden ejecutiva y anuncian que utilizarán "todas las herramientas de nuestros cargos para combatir esta orden inconstitucional".
"Confiamos en que la orden ejecutiva será en última instancia derogada por los tribunales. Mientras, vamos a trabajar para garantizar que la menor cantidad de personas posible sufra la caótica situación que ha creado", concluye el texto.
El decreto presidencial suspende durante cuatro meses las concesiones del estatus de refugiado, impone una moratoria provisional a la entrada de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana y paraliza el Programa de Admisión de Refugiados. Además, fija en 50.000 el máximo de refugiados que acogerá el país en 2017, menos de la mitad de los 117.000 acogidos el año anterior.
Las grandes ciudades se levantan contra Trump
Nueva York, Boston, Washington, Los Ángeles y otras grandes ciudades de EEUU volvieron a ser escenario de importantes protestas contra la polémica orden sobre inmigración de Donald Trump.
En la mayoría de esos casos, las manifestaciones estuvieron respaldadas por las autoridades locales, que se oponen frontalmente al veto temporal a la entrada de refugiados y de ciudadanos de varios países de mayoría musulmana decretado por la Casa Blanca.
Si el viernes y el sábado las protestas se concentraron en los aeropuertos, este domingo muchos estadounidenses se lanzaron a las calles para exigir la retirada de las medidas.
En Nueva York, más de 10.000 personas, según datos de la alcaldía, se dieron cita en Battery Park, lugar en el que se recibió a los inmigrantes que llegaban a la ciudad durante buena parte del siglo XIX y desde donde salen los barcos a la Estatua de la Liberad y a la isla de Ellis, el gran símbolo de la inmigración en el país.
El alcalde, Bill de Blasio, participó en el acto y criticó muy duramente la nueva política de inmigración, alertando de los peligros que acarrea y de la injusticia que supone.
También intervinieron otros destacados líderes demócratas, como el senador Chuck Schumer, mientras que el gobernador del estado, Andrew Cuomo, anunció en una conferencia de prensa que Nueva York dará asistencia legal a las personas retenidas a su llegada a los aeropuertos.
La manifestación en Manhattan fue convocada por varias organizaciones de derechos civiles y de defensa de los inmigrantes, que también llamaron a protestar en otras grandes urbes del país, donde el apoyo a Trump es muy limitado.
En Washington, una gran multitud se congregó ante la Casa Blanca para protestar contra las medidas del presidente y exigir que se permita la entrada en el país a refugiados e inmigrantes, una concentración que luego se transformó en una marcha rumbo al Capitolio.
En Boston una enorme multitud, con miles de manifestantes, abarrotó una conocida plaza en respuesta a una convocatoria liderada por el Consejo para las Relaciones Islámico-Estadounidenses.
"¿Puedes oirnos Washington? En Boston nos levantamos con fuerza para apoyar y proteger a TODA nuestra gente", escribió en Twitter el alcalde de la ciudad, Marty Walsh.
Las movilizaciones continuaban también en muchos aeropuertos, como el de Dulles en Washington y el de Los Ángeles, donde centenares de personas se dieron cita coreando consignas como "El amor, no el odio, es lo que hace grande a América" y portando pancartas como "No al veto. No al muro".
Además, había protestas hoy en muchos otros aeropuertos de todo el país, incluidos los de San Francisco, Miami, Filadelfia, Detroit, Atlanta o Minneapolis-St. Paul.