El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado un nuevo paso en la batalla que mantiene con la Justicia en torno a su controvertido veto migratorio. El último capítulo ha llegado a través de un mensaje en Twitter en el que el Presidente de Estados Unidos culpa al sistema judicial de cualquier cosa negativa que pueda suceder en el futuro en el país a raíz del bloqueo de su decisión y aunque su Gobierno está examinando "muy cuidadosamente" a los inmigrantes y refugiados que llegan al país ahora que el decreto está suspendido.
"Simplemente no puedo creerme que un juez haya puesto a nuestro país en tanto peligro. Si algo pasa, la culpa será suya y del sistema judicial. La gente se está colando (en el país). ¡Mal!", escribió Trump en su cuenta oficial de Twitter.
"He instruido al Departamento de Seguridad Nacional a examinar a la gente que llega a nuestro país MUY CUIDADOSAMENTE. ¡Los tribunales están haciendo muy difícil este trabajo!", añadió Trump en otro mensaje.
Bajando al terreno estrictamente judicial, lo cierto es que el veto migratorio impuesto por Donald Trump, a los refugiados y ciudadanos de siete países sufrió este domingo un nuevo revés cuando un tribunal de apelaciones se negó a restaurarlo, mientras el Gobierno prometía agotar "todos los medios legales" para devolverle la vigencia.
Trump: "Vamos a ganar esta pelea"
Mientras muchos inmigrantes con visado de los países afectados por el veto migratorio se apresuraban a viajar a Estados Unidos aprovechando la suspensión temporal del decreto, el Gobierno de Trump se recuperaba de un nuevo revés judicial y prometía seguir con una batalla que probablemente acabará en el Tribunal Supremo.
"Vamos a ganar esta pelea", aseguró el vicepresidente de EEUU, Mike Pence, a la cadena de televisión Fox News. "Seguiremos usando todos los medios legales a nuestra disposición para suspender la orden" del juez que bloqueó el veto migratorio, agregó.
Unas horas antes, la Corte de Apelaciones del Noveno Distrito, con sede en San Francisco (California), había dado una mala noticia a la Casa Blanca, al negarse al restaurar de forma inmediata el decreto que permanece bloqueado desde la noche del viernes.
Fue entonces cuando el juez federal James Robart bloqueó provisionalmente, mientras revisaba el fondo del caso, el veto que desde el 27 de enero impedía temporalmente la entrada al país de los refugiados de todo el mundo y de los ciudadanos de Libia, Sudán, Somalia, Siria, Irak, Irán y Yemen.
El sábado por la noche, el Gobierno de Trump inició un proceso de apelación de la decisión del juez Robart, que iba acompañado de una petición a la Corte de Apelaciones de que restaurara el veto que había sido bloqueado por el magistrado. El tribunal de apelaciones rechazó esa última petición y dejó, por tanto, en vigor la decisión que ha abierto de nuevo las puertas del país a millones de inmigrantes y refugiados.
El Supremo como última instancia
El Gobierno de Trump planea cumplir con esa solicitud, en lugar de recurrir directamente al Tribunal Supremo, porque prefiere "dejar que se desarrolle el proceso de apelación", según dijo hoy un portavoz del Departamento de Justicia, Peter Carr.
No obstante, los expertos coinciden en que, pase lo que pase en esta corte, el caso acabará con toda probabilidad en el Tribunal Supremo, que actualmente está dividido entre cuatro jueces de tendencia conservadora y otros cuatro de inclinación progresista.
Trump nominó esta semana a un nuevo juez para el Supremo, el conservador Neil Gorsuch, pero está por ver si el Senado lo aprobará antes de que este caso llegue a la máxima instancia judicial.
Los estados demandantes en el caso, Washington y Minesota, argumentan que el decreto es anticonstitucional porque provoca discriminación contra una religión, la musulmana, algo prohibido en la Primera Enmienda de la Carta Magna.
No obstante, Trump se cuidó de no mencionar la religión musulmana en su orden ejecutiva, y ese factor, unido a la amplia autoridad que el sistema legal estadounidense concede al presidente para regular la política exterior y migratoria, podría contar a favor del mandatario en la batalla judicial.
"Supuesto juez"
Trump criticó duramente este sábado al magistrado que suspendió su veto migratorio, al llamarlo "supuesto juez" y acusarle de "arrebatar al país la capacidad de aplicar la ley". De hecho, aunque no le nombra en sus últimos tuits, sí que le responsabiliza en el fondo si hay un atentado en el país que, a su juicio, pueda vincularse al bloqueo de su veto, cuyo objetivo declarado es evitar la entrada al país de posibles terroristas.
El vicepresidente Pence defendió a Trump al asegurar a la cadena NBC News que el presidente tiene "todo el derecho de criticar a las otras dos ramas del Gobierno", y que es "frustrante" que el juez interfiera con las decisiones ejecutivas sobre política exterior.
En cambio, el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, opinó en declaraciones a la CNN que es "mejor evitar criticar directamente" a los jueces por mucho que puedan "decepcionarte".
Mientras, muchos inmigrantes y refugiados trataban de aprovechar la suspensión del decreto de Trump para llegar a Estados Unidos, después de que el Departamento de Estado devolviera la validez a la mayoría de los 60.000 visados que había revocado y las autoridades migratorias dejaran de implementar el veto.