El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha asegurado que tiene “total” confianza en su fiscal general, Jeff Sessions, que afronta un alud de peticiones de dimisión acusado ocultar al Congreso contactos con el embajador ruso en Washington DC durante la campaña electoral.
El Washington Post reveló que el entonces senador y asesor de la campaña de Trump había mantenido dos reuniones con Sergey Kislyak, representante del Kremlin ante EEUU, meses antes de las elecciones presidenciales.
Sin embargo, cuando afrontaba las preguntas de los legisladores en el Senado para ser confirmado en el cargo de fiscal general, Sessions negó nexos con Rusia.
Ahora, en medio del huracán, Sessions sostiene que las reuniones se hicieron en calidad de miembro de la Comisión de Servicios Armados del Senado y no como asesor de una campaña política. Pero una veintena de integrantes de dicha comisión afirman que no mantuvieron contactos con Kislyak.
Los demócratas están llamando a la dimisión de Sessions, que sería el segundo en caer en la Administración Trump después de que el asesor de Seguridad Nacional Michael Flynn dimitiera precisamente a raíz de una llamada con el embajador ruso.
El miércoles, la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes anunció que analizaría la presunta injerencia de Rusia en las elecciones de noviembre. Asimismo, emergen voces en el Congreso que piden que se nombre a un fiscal especial para liderar las pesquisas.