El Gobierno de Estados Unidos anunció este martes un programa de 8,5 millones de dólares para ayudar a las víctimas de la matanza de Orlando (Florida), donde 49 personas murieron el pasado año a manos de un hombre que había jurado lealtad al Estado Islámico (EI).
En concreto, la dotación de la ayuda asciende a 8.466.970 dólares y será entregada mañana a la fiscal general de Florida, Pam Bondi, según informó hoy el Departamento de Justicia en un comunicado.
"Con esta donación, reafirmamos el compromiso del Departamento de Justicia con el pueblo de Orlando, las familias de las víctimas y todos los que ayudan a los afectados por este atroz crimen", dijo en un comunicado el fiscal general de EEUU, Jeff Sessions.
La matanza de Orlando se produjo la madrugada del 12 de junio de 2016 en la discoteca gay "Pulse", donde Omar Mateen, un guardia de seguridad que había jurado lealtad al EI, entró fuertemente armado, mató a 49 personas, hirió a 53 y después fue abatido por las fuerzas especiales de la Policía de Orlando. La discoteca estaba celebrando una "noche latina" y muchas de las víctimas fueron hispanas.
Ayuda para víctimas de delitos
El fondo del Gobierno proviene de la Oficina para Víctimas del Delito, que fue creada en 1995 después del atentado de Oklahoma City, donde un camión cargado con explosivos estalló frente al edificio gubernamental Alfred P. Murrah y dejó 168 muertos.
La directora de la Oficina, Marilyn McCoy Roberts, indicó que el fondo de 8,5 millones de dólares servirá para ayudar psicológicamente a las víctimas, testigos y personal de emergencias que pudieron verse afectados por el ataque en Orlando.
También, según dijo Roberts, el fondo está destinado a ayudar económicamente al Centro de Asistencia Orlando Unido, una organización creada por el municipio de Orlando y el condado de Orange para proporcionar información, apoyo y recursos a las víctimas de la matanza. Esa organización cuenta con personal con experiencia con la minoría hispana y la comunidad homosexual.
La de Orlando fue la peor matanza en territorio estadounidense desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, cuando fallecieron cerca de 3.000 personas.