Amnistía Internacional ha lanzado la alerta: los ataques aéreos de Estados Unidos en Irak están acabando con la muerte de decenas de civiles en Irak mientras el ejército lucha sobre el terreno contra las fuerzas del Estado Islámico.
La organización denuncia que el ejército estadounidense no está tomando las precauciones adecuadas y asegura que durante el último bombardeo en Mosul, el pasado 17 de marzo, murieron más de 150 civiles.
La coalición ha reconocido que el ejército de EEUU estuvo detrás de ese ataque a un barrio al oeste de Mosul. Funcionarios estadounidenses no han confirmado que hubo víctimas civiles, pero han abierto una investigación para revisar los más de 700 vídeos del ataque.
De hecho, el coronel JT Thomas, portavoz del comando de EEUU, ha explicado que el Pentágono está investigando lo que ocurrió y que ha calificado de alta prioridad la investigación de los informes de Mosul.
El informe de Amnistía también señala que la recomendación de las autoridades iraquíes de que los civiles permanecieran en sus casas habla de que "la coalición consideraría que los ataques provocarían daños no muy significativos", pero no fue así. "Los ataques desproporcionados e indiscriminados violan el derecho internacional humanitario y pueden constituir crímenes de guerra".
La evidencia recogida en el terreno en Mosul "señala un alarmante patrón de ataques aéreos de la coalición liderada por Estados Unidos que han destruido casas enteras con familias enteras dentro", aclara el informe de Amnistía.
En otros ataques en Fallujah y Ramadi, las ciudades fueron completamente desalojadas mientras las fuerzas iraquíes luchaban contra el Estado Islámico. Sin embargo, en Mosul, el gobierno iraquí aseguró que había pedido a los civiles que permanecieran en sus casas para evitar un desplazamiento a gran escala.
Cuando se inició la operación para retomar la segunda ciudad más grande de Irak, se estimaba que más de un millón de personas todavía vivían en Mosul. Hoy, según Naciones Unidas, cerca de 400.000 civiles permanecen atrapados en lo que ahora es el último baluarte en Irak para el EI.
El informe de Amnistía Internacional cita el testimonio de supervivientes y testigos oculares de los ataques aéreos que han matado a civiles: "No intentaron huir cuando la batalla comenzó porque recibieron repetidas instrucciones de las autoridades iraquíes para permanecer en sus casas".
El lunes, fuerzas iraquíes dijeron que habían lanzado nuevos asaltos en la Ciudad Vieja de Mosul después de que el alto número de muertos civiles provocara un cambio en sus tácticas.
En total, al menos 307 personas murieron en el oeste de Mosul entre el 17 de febrero y el 22 de marzo y otras 273 resultaron heridas como consecuencia de ataques del Estado Islámico (EI) y bombardeos aéreos, ha señalado el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein.
El incidente más mortífero fue el ataque aéreo, presuntamente dirigido a francotiradores del EI y su equipamiento, que investiga EEUU.