Washington DC

Esta semana que termina ha sido una continua exhibición de músculo militar por parte de Washington y de su nueva Administración hacia el resto del mundo.

Empezó con el bombardeo en una base militar de Siria, en respuesta al ataque químico que habría ordenado el régimen de Bachar al Asad, para continuar con la movilización naval en el Pacífico ante la escalada de tensiones con Corea del Norte, y terminar con el lanzamiento de la más destructiva bomba no nuclear de Estados Unidos sobre una red de cuevas en Afganistán usadas por el grupo terrorista Estado Islámico.

Sin embargo, de estos tres episodios, el que ha pasado más inadvertido es, en realidad, el que entraña mayores riesgos para la seguridad nacional de EEUU y del resto del planeta, ya que la explosión de un conflicto con Pyongyang podría tener consecuencias fatales.

“Un choque armado con el régimen Kim Jong-un equivale básicamente a abrir una caja de Pandora. Aunque el presidente Donald Trump ha señalado repetidamente que un ataque preventivo es una opción, creo que hay pocas posibilidades de que los Estados Unidos realmente invadan este país, porque ese escenario está plagado de incógnitas, como dónde están exactamente las instalaciones nucleares -ocultas bajo tierra-, o qué ocurriría si después de que Pyongyang cayera, sus armas de destrucción masiva fueran a parar a manos equivocadas”, explica a EL ESPAÑOL Heajin Kim, experta en Proliferación Nuclear y Seguridad Nacional en Corea del Norte del think tank Willson Center de Washington.

Según advierte, “lo más preocupante es que un conflicto armado con Corea del Norte podría desencadenar una explosión de bombas nucleares y otras armas de destrucción masiva, como las de tipo químico", que actualmente posee el régimen comunista. "El primer y principal objetivo de Kim Jong-un es la supervivencia de su régimen y si una posible guerra amenaza a su régimen, no es totalmente irracional pensar que use las armas nucleares en represalia”.



A pesar de que esta situación no parece lo más recomendable, hay que tener en cuenta que Trump lleva toda la semana avisando de que no se quedará de brazos cruzados. Sin ir más lejos, tras su reciente encuentro con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, avisó de que si China no logra apaciguar a su vecino díscolo, EEUU se encargará por su cuenta, “lo que significa con más países”.

En este punto conviene repasar la capacidad militar de la que dispone Washington en el Pacífico, una potente red de bases heredadas de su victoria en la Segunda Guerra Mundial, repartidas por todo este océano, desde Corea y Japón a la costa oeste norteamericana.

Mapa del Comando Pacífico de EEUU USPACOM

El Comando Pacífico de los Estados Unidos (USPACOM) abarca aproximadamente la mitad de la superficie terrestre, que se extiende desde la costa oeste americana hasta la frontera occidental de la India, y desde la Antártida hasta el Polo Norte. Encuadra a 36 naciones que albergan más del 50% de la población mundial, varias de ellas con los mayores ejércitos del mundo. Sin embargo, de ellas sólo cinco son aliadas de EEUU a través de tratados de defensa mutua: Japón, Corea del Sur, Nueva Zelanda, Australia, Filipinas y Tailandia. Es decir, un ataque a estos países conduciría a la Casa Blanca a intervenir.

En estas aguas operan los distintos cuerpos del ejercito norteamericano, todos con su sede central en Hawái, aunque sus efectivos están desplegados en toda la región. Según los datos del USPACOM, hay aproximadamente 375.000 militares y civiles, aproximadamente 200 naves, algunas con capacidad nuclear.

De todas ellas, la Navy aporta cinco portaaviones, cerca de 1.100 aviones y más de 130.000 marinos y civiles. Además, a los Marines corresponden 86.000 hombres y 640 aviones; a las Fuerzas Aéreas, 46.000 aviadores y civiles y más de 420 aviones; al Ejército de Tierra, 106.000 hombres, 300 aviones y cinco embarcaciones repartidas en Japón, Corea, Alaska y Hawaii.

Además, EEUU cuenta con 17 bases militares repartidas entre Corea del Sur y Japón. En concreto, en suelo nipón la Army cuenta con dos, los Marines, con otras dos; la Navy, con tres, y el Air Force, con tres más. En el sur de la península coreana hay siete, cuatro del ejército terrestre, una de la Marina, y dos de las Fuerzas Aéreas, según datos de las fuerzas armadas.

A estas capacidades hay que sumar a Corea del Sur, que “es definitivamente más fuerte militar y económicamente”, a juicio de Heajin Kim, lo que no resta peligro al vecino del norte.

El mayores peligro armamentístico que entraña Pyongyang son los misiles de medio y largo alcance que posee y que está desarrollando, con pruebas cada vez más frecuentes. Según la información de la Federación de Científicos Estadounidenses, citada por esta experta, los misiles que se encuentran operativos son los Hwasong, que sólo alcanzan una distancia de entre 300 y 500 kilómetros, así como el Nodong, de 1.300 kilómetros.

El régimen norcoreano ya ha probado los misiles Taepodong-1, que alcanzaría los 2.500 kilómetros, mientras tiene en desarrollo otros tres tipos: el Musudan, que abarcaría una distancia de hasta 3.000 kilómetros -podría llegar a Japón o la isla estadounidense de Guam-, y otros dos Taepodong que llegarían a 6.700 kilómetros -tocaría Hawai- y hasta los 12.000, con el que se podría golpear a un objetivo en la costa oeste de EEUU.

Aunque estas armas están aún en fase de desarrollo, el Estado Mayor norcoreano aseveró el viernes que las bases militares estadounidenses en el Pacífico, en la isla de Guam y la de Okinawa -que alberga la mayor parte de las tropas estadounidenses en Japón-, así como la parte continental de Estados Unidos, están al alcance de sus misiles estratégicos. De hecho, amenazó con atacar las bases americanas en Japón y Corea del Sur, así como la residencia del presidente surcoreano en Seúl, si Washington les agrede.

"POCAS POSIBILIDADES" DE GUERRA

“Existe un riesgo de escalada militar hacia una gran guerra con internacionalización del conflicto en caso de que se produzca un choque armado entre el Sur y el Norte, lo que tendría consecuencias catastróficas”, apunta la experta del Centro Wilson que, no obstante, matiza que “hay pocas posibilidades de se abra esta guerra entre las dos Coreas porque hay otras grandes potencias que son partes interesadas en lo que ocurre en la península y en la región de Asia y el Pacífico”.

Sin embargo, cualquier movimiento podría desencadenar un conflicto a gran escala. “Corea del Sur, cuya capital es extremadamente vulnerable a los ataques del Norte, es un aliado de los EEUU. Y China no quiere que el Norte colapse porque Pyongyang le sirve como amortiguador. Rusia no está tan implicada como China, pero su importancia como parte interesada en la península está creciendo. A pesar de que ninguna de las tres potencias están de acuerdo en qué enfoque adoptar para frenar a Kim Jong-un, reconocen que el costo de los conflictos armados supera significativamente el beneficio y no quieren pagar ese precio”, añade la portavoz del Centro Wilson.

Coincide con la visión de Andrew Kydd, profesor de Ciencias Políticas y experto en relaciones internacionales, seguridad y armas nucleares en la Universidad de Wisconsin-Madison, quien comentó a EL ESPAÑOL que “un conflicto nuclear” a partir de Corea del Norte "es improbable", a no ser que el régimen comunista “teste un misil con capacidad de golpear a los Estados Unidos, lo que sí podría provocar una crisis más seria”.

Este pasado jueves, funcionarios de inteligencia estadounidenses dijeron a la NBC que dos destructores estadounidenses armados con misiles de crucero Tomahawk están situados a unos 480 kilómetros del enclave donde Pyongyang realiza pruebas nucleares. El ataque preventivo está sobre la mesa, a la espera de ver qué efecto surten las presiones que China está aplicando sobre Kim Jong-un para que rebaje la tensión.

Este sábado el régimen ha celebrado el Día del Sol, como se conoce al aniversario del nacimiento de Kim Il Sung, con un desfile militar en el que ha presentado un posible nuevo misil intercontinental. No se descarta que realice un nuevo ensayo nuclear, el sexto. "Estamos preparados para la guerra total y nuclear", ha afirmado el vicepresidente del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte, Choe Ryong-hae.

Este domingo, el vicepresidente estadounidense Mike Pence, llegará en visita oficial a Seúl, dentro de una gira asiática de diez días un mes después de que el secretario de Estado Rex Tillerson visitara China, Japón y Corea del Sur, por lo que la próxima semana Trump seguirá con la vista puesta en Pyongyang.