Pensar que Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y Kim Jong-un, líder supremo de Corea del Norte, pudieran reunirse cara a cara bien podría considerarse el argumento de una película de ciencia-ficción. Sin embargo, el inquilino de la Casa Blanca volvió a quebrar todas las previsiones y convenciones al indicar que esa escena podría no ser tan utópica. Más aún, Trump ha sugerido que esa posibilidad sería un "honor" para él.
"Sería apropiado para mí reunirme con él; lo haría encantado y estaría honrado por ello", comentó a Bloomberg en una entrevista. Eso sí, el presidente estadounidense matizó y, reconociendo que "la mayoría del mundo político nunca diría esto", señaló que tal encuentro se debería dar "bajo las, insisto, bajo las circunstancias adecuadas. Pero lo haría".
Matización de la matización
En vista del revuelo que generaron sus palabras, su portavoz afinó aún más el sentido último de sus palabras al asegurar que en este momento "no se dan esas condiciones" y que "no ve posible que tal encuentro pudiera darse pronto".
Ya durante la campaña, y según recuerda CNN, Trump anunció que "hablaría con cualquiera", y cifró en "un 10% o un 20% de opciones de poder hablar con Kim Jong-un sobre esas condenadas cabezas nucleares porque ¡quién demonios quiere que él las tenga!". Unas palabras plenamente vigentes toda vez que hace días auguró que Corea del Norte "acabará teniendo buenos misiles".
Estados Unidos y Corea del Norte mantienen en la actualidad una escalada dialéctica que ha elevado la tensión entre ambos países a cotas inéditas en los últimos años, colocando en el horizonte la posibilidad de un conflicto militar. Los últimos ensayos balísticos del régimen norcoreano, por un lado, y los ejercicios del Ejército estadounidense en aguas próximas a la península coreana, donde incluso ha puesto en marcha un escudo antimisiles, han enardecido los ánimos.
Su mayor urgencia internacional
La situación se ha erigido, por tanto, en uno de las principales urgencias en la agencia internacional de Washington en estos primeros 100 días de la administración Trump, que este fin de semana anunciaba próximas visitas a la Casa Blanca de representantes de Tailandia y Singapur. Este movimiento, junto a los constantes guiños de Trump a China, parecen un claro intento de buscar apoyos en la zona.
Hace algunas semanas, el secretario de Estado Rex Tillerson también visitó Seúl y Japón con este asunto en la cartera. E incluso dijo en la ONU que Washington estaría dispuesto a negociar con Pyonyang si el régimen da pasos adecuados hacia el desarme nuclear y de misiles balísticos.
El encuentro 'propuesto' por Donald Trump podría suponer otro hito. Y es que desde su ascensión al poder, en 2011, el líder norcoreano nunca se ha reunido con un mandatario extranjero. Verle con Trump, entonces, sería una imagen mucho más que icónica.