El director de la Oficina Federal de Investigación (FBI), James Comey, ha argumentado ante el Senado que tomó la decisión correcta al publicitar la reactivación de la investigación sobre los correos electrónicos de Hillary Clinton a escasos días de las elecciones.
"Volvería a tomar la misma decisión", ha asegurado. "Todavía pienso, al mirar atrás, que fue la decisión correcta".
El martes la candidata demócrata a las pasadas presidenciales culpó de su derrota en parte a la supuesta injerencia rusa en la campaña electoral así como a la actuación del FBI.
"No era una campaña perfecta, pero iba camino de ganar", señaló en una entrevista con CNN. "Si las elecciones hubiesen sido el 27 de octubre, sería vuestra presidenta".
En verano el FBI concluyó que Clinton había sido "extremadamente descuidada" en el manejo de información sensible al utilizar un servidor de correo electrónico privado cuando era secretaria de Estado.
Los investigadores, sin embargo, no encontraron indicios de que Clinton tuviera intención de infringir la ley y recomendaron que no se presentaran cargos contra la que fuera jefa de la diplomacia estadounidense.
Pero el 28 de octubre, a menos de dos semanas de los comicios, el FBI envió una carta al Congreso informando de que reactivaba las pesquisas tras haber encontrado nuevos correos aparentemente relevantes en el ordenador del excongresista Anthony Weiner, pareja de una de las asistentes más cercanas de Clinton.
Terminada la revisión dos días antes de la cita electoral, el FBI afirmó que los nuevos correos no alteraban su opinión de que Clinton no debía ser procesada.
Este miércoles, ante la comisión de Asuntos Jurídicos de la cámara alta, Comey ha afirmado que siente ligeras "náuseas" al pensar que pudo afectar al desarrollo de las elecciones, pero ha defendido que era necesario alertar a los legisladores de la existencia de nuevos emails.
"Encontraron miles de nuevos correos", ha afirmado Comey, que ha desvelado que se reenvió correspondencia con información clasificada al correo de Weiner. La decisión de informar al Congreso se reducía a escoger entre "muy malo" y "catastrófico", por lo que Comey eligió la primera opción.
Recientemente el director del FBI confirmó durante otra audiencia parlamentaria que la agencia investigaba al equipo de Trump desde julio por sus contactos con Rusia, que según los servicios de inteligencia estadounidenses intervino en la campaña para aupar al republicano.
Este miércoles los senadores le han preguntado por qué no publicitó esa investigación y sí la de Clinton. Comey ha argumentado que en el caso de Clinton había jurado que no había nada más que rascar pero que luego se encontró una nueva hornada de correos electrónicos, lo que le llevó a alzar la voz.
El FBI continúa indagando sobre la supuesta injerencia del Kremlin en la política estadounidense, así como múltiples comisiones parlamentarias. Preguntado por un senador acerca de si Rusia sigue interfiriendo en EEUU, Comey ha respondido rotundamente: "Sí".