El exdirector del FBI guardaba sus reuniones con Trump por miedo a que mintiera
James Comey ha asegurado que el presidente lo despidió para torpedear la investigación sobre la injerencia Rusa.
8 junio, 2017 16:26Noticias relacionadas
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El exdirector del FBI James Comey, apartado del cargo el mes pasado, redactaba informes sobre sus reuniones con Donald Trump por miedo a que el presidente de EEUU "pudiera mentir" sobre ellas. Así lo ha revelado este jueves en una esperada comparecencia parlamentaria para abordar sus interacciones con el gobernante y la investigación sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones presidenciales.
El miércoles, un día antes de la audiencia, la comisión de Inteligencia de la cámara alta del Congreso divulgó una declaración escrita de Comey donde el ahora ciudadano privado describía sus conservaciones con el, primero, presidente electo y posterior presidente antes de su repentino despido en mayo. El documento (disponible aquí) ilustra demandas de "lealtad" de Trump a Comey, presiones para que el dirigente del FBI afirmara públicamente que el presidente no estaba siendo investigado por el Russiagate e incluso una petición de que se dejara en paz a un asesor presidencial envuelto en la trama rusa.
Comey se reunió cara a cara con Trump por primera vez al principio de enero, a dos semanas de la investidura, para alertarle de la existencia de un dosier sin verificar en circulación que aseguraba que Moscú tenía material comprometido sobre el republicano para chantajearlo. Terminado el encuentro, Comey decidió documentarlo por escrito, lo que se convirtió en costumbre tras sus sucesivas interacciones con el mandatario. Nunca antes había registrado sus encuentros con un presidente. Este jueves ha afirmado que decidió hacerlo con Trump porque sospechaba de que pudiera mentir en un futuro sobre sus conversaciones.
En una cena a solas en la Casa Blanca una semana después de la investidura, Trump dijo a Comey "necesito lealtad, espero lealtad" tras preguntarle si quería conservar su puesto en el FBI. En otra ocasión, en el Despacho Oval, Trump sugirió a Comey que dejara en paz al ex asesor de Seguridad Nacional Michael Flynn, quien mintió sobre sus contactos con Rusia. "Espero que lo dejes pasar", habría dicho el dirigente. Preguntado este jueves sobre si las presiones se podrían considerar de "obstrucción a la justicia", Comey se ha negado a comentar.
El mes pasado Trump apartó a Comey de la dirección del FBI, según la explicación inicial, por su polémica gestión de la investigación del uso de un correo electrónico privado por parte de Hillary Clinton cuando era secretaria de Estado. En julio de 2016, Comey dio por concluidas públicamente las pesquisas para días antes de las elecciones alertar de su reactivación. Aunque el FBI descartó finalmente que se presentaran cargos justo antes de los comicios, Clinton asegura que el proceder de la agencia contribuyó a su derrota electoral.
El 9 de mayo, el presidente envió una carta a Comey agradeciéndole sus servicios e informándole de que debía abandonar la dirección del FBI al considerarlo incapacitado para el cargo. "Aunque agradezco enormemente que me haya informado en tres ocasiones de que no estoy siendo investigado, concuerdo con el parecer del Departamento de Justicia de que usted no es capaz de liderar efectivamente el FBI", lee la epístola. Esto "confundió" a Comey, ha asegurado este jueves, ya que el presidente había alabado anteriormente su trabajo.
El New York Times revelaría tras el despido que Comey había pedido apenas días antes más recursos al Departamento de Justicia para reforzar la investigación sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones de noviembre y los contactos entre la campaña de Trump y Moscú. El propio presidente afirmaría en los medios que llevaba tiempo pensando en despedir a Comey porque "no estaba haciendo un buen trabajo" al frente del FBI y que tenía "la cosa rusa" en la cabeza cuando tomó la decisión de echarlo. En una conversación privada con representantes del Kremlin, Trump llegó a calificar a Comey de "chalado" y a decir que se sentía aliviado en relación al Russiagate.
Este jueves Comey ha acusado a la Casa Blanca de "difamación" por los comentarios sobre su liderazgo. "Eso eran mentiras, simple y llanamente", ha afirmado bajo juramento ante los legisladores en Capitol Hill. Asimismo, ha retado a Trump a que divulgue las grabaciones de sus conversaciones si las hubiere, como insinuó el mandatario en un reciente tuit. ¡Dios mío, espero que haya cintas!", ha exclamado Comey en el Senado.
James Comey better hope that there are no "tapes" of our conversations before he starts leaking to the press!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 12 de maio de 2017
Hace un mes Trump publicó una amenazante advertencia en Twitter con la que daba a entender que sus conversaciones con Comey eran comprometedoras para el exdirector del FBI. "¡James Comey debería 'rezar' por que no haya cintas de nuestras conversaciones antes de que empiece a filtrar a la prensa!", escribió.
Días después, Comey decidió filtrar uno de sus propios informes a través de un intermediario con la esperanza de que el Departamento de Justicia nombrara a un fiscal especial para investigar al Gobierno. Ese fiscal especial tiene ahora los memorandos del exdirector del FBI. "Juzgo que fui despedido por la investigación sobre Rusia", ha asegurado ante los senadores. "La intención era cambiar la manera en que se estaba desarrollando la investigación. Eso es muy grave".
En un mitin a simpatizantes evangélicos este jueves, Trump ha omitido a Comey. Su abogado, sin embargo, ha señalado en un comunicado que el exdirector del FBI divulgó "comunicaciones privadas" con el presidente sin autorización y ha negado que el mandatario presionara a Comey para que dejara de investigar o le exigiera su lealtad. Asimismo, argumenta que el testimonio de Comey demuestra que el presidente no es objeto de pesquisa alguna: "Está claro que el presidente no estaba siendo investigado por cooperar con ni obstruir una investigación".