El 26 de diciembre de 2016 -pocos días antes de ocupar el Despacho Oval-, Donald Trump despreció la labor de la ONU definiendo el organismo como “un club de gente para hablar y pasar un buen rato”. Durante la campaña presidencial también ironizó con el papel de la institución en varias ocasiones: “Cuando fue la última vez que resolvieron un acuerdo de paz… la ONU es como un club de campo”.
Con la hemeroteca a cuestas, el presidente de EEUU no ha escondido su retórica belicista y su particular visión de la diplomacia en su estreno este martes en la ONU. “Si Corea del Norte sigue amenazándanos, no tendremos otra opción que destruirles por completo”, ha alertado ante la escalada de tensión que enfrenta a ambos países.
El mensaje amenazador ha ido acompañado de una invitación a la comunidad internacional para frenar la carrera nuclear de Kim Jong-un -“el hombre cohete”, en palabras de Trump-. El objetivo es aumentar la presión exterior para aislar al régimen norcoreano, un sistema “depravado” y encabezado por un líder que está en plena “misión suicida”, en referencia a los últimos ensayos nucleares y lanzamientos de misiles.
A pesar de su tono duro con Corea del Norte, el discurso ha arrancado alabando su propia gestión al frente de EEUU y subrayando que la doctrina de ‘America First’ sigue vigente: "Defenderé los intereses de EEUU por encima de todo lo demás", ha proclamado invitando al resto de líderes mundiales a que sigan su ejemplo.
"EEUU va bien"
En lugar de utilizar el atril de la Asamblea General de la ONU para defender una causa noble que una a todos los países miembros -como ocurre en estas citas del organismo- el presidente Trump ha pasado de puntillas por asuntos como el cambio climático o la pobreza mundial y ha preferido apelar al "patriotismo" y defender que EEUU "va bien" desde su llegada a la Casa Blanca: menos paro y más grandes empresas volviendo a producir en el país.
En el apartado global y al margen de su ofensiva dialéctica contra Corea del Norte, Trump ha destacado que el acuerdo nuclear alcanzado por su país con Irán en 2015 es "una vergüenza" porque la comunidad internacional "no puede permitir que un régimen asesino siga con sus actividades desestabilizadoras mientras construye peligrosos misiles".
En el eje del mal de Trump también ha entrado Venezuela, un país que Nicolás Maduro ha convertido en "una dictadura socialista al borde del colapso". En cuanto a Cuba, Trump ha confirmado que no tiene intención de continuar con el legado aperturista que abrió Barack Obama con la isla. "No levantaremos las sanciones al Gobierno cubano hasta que haga reformas fundamentales".
Macron enmienda a Trump
Por su parte, Emmanuel Macron, ha aprovechado el escenario de la ONU para plantar cara a las tesis de Trump y dar la batalla por el trono del liderazgo mundial, que siempre ha ocupado el inquilino de la Casa Blanca.
El presidente francés sí que ha subrayado en su discurso la importancia del cambio climático, la lucha contra el terrorismo islámico o la crisis de refugiados como grandes enemigos de Occidente. Macron ha asegurado que "respeta" la ruptura de Trump con el Acuerdo de París pero advierte que no es "sólo destruir un pacto entre países sino entre generaciones".
Fuera del atril, en declaraciones a periodistas ha calificado la decisión de Trump de un gran "error" y espera que EEUU pueda dar marcha atrás.
En su enmienda al discurso del presidente estadounidense, Macron también ha cargado contra la postura del magnate republicano respecto a Irán. El jefe del Estado francés cree que el acuerdo es "sólido" y "esencial para la paz" y aseguró que no respetarlo sería "irresponsable".
"Si hacemos caer este acuerdo y es sustituido por nada, estamos en la situación de Corea del Norte", advirtió.