Este lunes 9 de Octubre se ha celebrado en EEUU el ‘Columbus Day’ o Día de Colón, la versión norteamericana del 12 de Octubre que se mueve cada año al segundo lunes de dicho mes, una práctica habitual con los festivos en este país. Sin embargo, algo ha sido diferente en esta ocasión. La conmemoración ha estado marcada por las medidas especiales de vigilancia policial que las autoridades han tenido que desplegar en los numerosos monumentos dedicados al almirante, ante la amenaza real de ataques contra la memoria de este personaje que hace cinco siglos llegó a América en nombre de la corona española.
En Washington DC el día se vivió con tensa calma. En Columbus Circle, una gran rotonda dedicada al descubridor y situada frente a la céntrica Union Station, punto neurálgico de la capital norteamericana, la escultura de Colón está situada en el centro de una fuente que lleva años olvidada e inactiva y convertida en refugio de los sin techo. Allí, un coche policial custodió durante toda la jornada esta estatua -que menciona también a los Reyes Católicos-, que durante la mañana acogió una ceremonia dedicada al genovés, organizada por la Orden de los Caballeros de Colón.
La presencia policial no es exclusiva de la capital, ni el rechazo a Colón es nuevo. Que esta figura histórica lleva años situada en el centro de la polémica es algo conocido. Ni aquí en EEUU ni en el resto de países hispanos donde se suele honrar su memoria con calles y monumentos esta efemérides transcurre sin que asome la controversia. El año pasado, sin ir más lejos, 30 ciudades norteamericanas se sumaron a los estados y capitales que han cambiado la conmemoración del Columbus Day por una jornada dedicada a los pueblos indígenas que sufrieron la colonización de las naciones europeas.
En concreto, estados como Minnesota, Vermont, Alaska y Dakota del Sur, o ciudades como Los Ángeles, Minneapolis, Denver, Phoenix y Seattle ya no celebran ‘Columbus Day’, sino el Día de los Pueblos Indígenas.
Sin embargo, este año el rechazo al almirante se ha recrudecido al calor del revisionismo histórico que sacude al país tras los últimos incidentes raciales de Charlottesville, donde una manifestación de la extrema derecha, que costó la vida a una mujer, desató la retirada -a veces por los propios ciudadanos- de numerosas estatuas y placas que hasta ahora recordaban a los soldados o líderes del movimiento confederado en las ciudades del sur, como el general general confederado Robert E. Lee.
En este clima de crispación, el siguiente en la lista de estos impulsores revisionistas es Cristóbal Colón, al que se responsabiliza de un supuesto genocidio contra poblaciones nativas del continente americano desde los sectores cercanos a la izquierda. Este rechazo se ha repetido año tras año en las últimas celebración del Columbus Day, aunque nunca se había tenido que llegar al punto de blindar policialmente los monumentos consagrados al almirante genovés.
En una declaración a Newsweek, la policía de Nueva York explicó que a la luz del vandalismo reciente, el departamento había asignado recursos para mantener un puesto de vigilancia permanente en las inmediaciones de la emblemática estatua en Manhattan.
Concretamente, la más simbólica de las esculturas de EEUU está aquí, en el famoso monumento levantado en el Columbus Circle, sobre una columna de granito de casi 20 metros. Este memorial ya fue vandalizado a finales de septiembre, cuando apareció manchado con esmalte de uñas rosa. En esta ocasión hubo un detenido. Otra escultura dedicada a Colón situada en Central Park también sufrió daños en el pedestal.
En Baltimore (Maryland) se alza el monumento más antiguo dedicado a Colón en EEUU, un obelisco erigido en 1792 en honor al tercer centenario del descubrimiento. El pasado agosto fue dañado a mazazos por un grupo denominado "Resistencia Popular" que subió el vídeo a YouTube alegando que había que derribar la pieza por ser un símbolo de “racismo”. Ahora el Ayuntamiento de esta ciudad anuncia que lo reparará y que se replanteará hacer una nueva dedicatoria, quizá más inclusiva, que alcance también a los indígenas, aunque antes va a sondear a los vecinos para conocer su opinión.
En Pittsbugh (Pensilvania), otra escultura construida con donaciones económicas de italano-americanos hace casi 60 años apareció el lunes cubierta de pintura roja. Algo similar ocurrió con dos estatuas dedicadas al almirante en dos localidades de Connecticut, que ya han sido limpiadas.
Pintura roja
Los episodios se repiten por todo el país, lo que ha llevado a los cuerpos de policía a enviar patrullas a vigilar estos memoriales ante la cercanía del 12 de Octubre. Pero esta oleada de ataques contra las esculturas que jalonan la geografía estadounidense no sólo ha obligado a las autoridades locales a actuar, sino que ha movilizado a la comunidad italano-americana, que ve estas acciones como un manifestación contra su memoria.
Conviene recordar que el Día de Colón, con motivo del 12 de Octubre, aquí no sólo festeja la Hispanidad, como ocurre en la mayoría de países de América -de hecho, se considera el cierre de del Mes de la Herencia Hispana en EEUU-. En este país, esta jornada reivindica además la herencia de la comunidad italiano-americana, que ha hecho de esta efemérides una fiesta propia.
La conmemoración de esta jornada arrancó en 1905 en el estado de Colorado, por iniciativa de los grupos de primera generación de italo-americanos, que siguió ampliando la presión hasta conseguir que se convirtiera en fiesta federal en 1934 por orden del presidente Presidente Franklin D Roosevelt, conectando la fecha del 12 de Octubre con el origen italiano del almirante.
Washington plantea suprimir el día
En Washington DC se combina en este día la celebración de ambas facetas, de la hispana y la italiana. Cada ‘Columbus Day’, como se mencionaba anteriormente, se organiza una ceremonia en honor del almirante, en su monumento, en la que participan las embajadas italiana y española. De hecho, este año estuvo presente el embajador y exministro de Defensa, Pedro Morenés. Tras la ceremonia y la colocación de flores, un vehículo policial quedó vigilando la zona.
Sin embargo, esta festividad puede tener los días contados en la capital, ya que en el gobierno local se ha presentado un nuevo proyecto de ley para cambiar legalmente el Día de Colón por el Día del Pueblo Indígena en todo el Distrito de Columbia (DC), donde incluso algunos llevan tiempo luchando para eliminar esta última palabra (Columbia) del nombre.
La escultura más grande en Puerto Rico
A pesar del eco mediático que han encontrado estas protestas y el rechazo al descubridor, lo cierto es que no todos los ciudadanos parecen coincidir con esta visión tan crítica. De hecho, en Nueva York más de 1.000 personas firmaron una petición durante el tradicional desfile del Columbus Day solicitando al alcalde que mantenga el monumento de la ciudad.
Además, según una encuesta realizada por la orden de los Caballeros de Colón y el Colegio Marista, un 56 por ciento de los estadounidenses tiene una opinión favorable de Colón, mientras que el 28 por ciento tenía una visión desfavorable. El apoyo es mayoritario también a la hora de mantener la fiesta federal dedicada al descubridor, así como sus monumentos. Sin embargo, este respaldo decae cuando los estudios se centran en afroamericanos y otras minorías.
Mientras la polémica continúa, en otro punto de EEUU, en el territorio libre asociado de Puerto Rico, la realidad es completamente diferente. Allí lo que se festeja es precisamente que el huracán María no ha podido tumbar el flamante monumento erigido en honor de Colón en Arecibo, una estatua de más de 105 metros, la más alta del continente, y que espera aún fecha de inauguración.