La matanza que ha dejado 26 muertos en una iglesia baptista de Texas es culpa del "problema de salud mental" que sufre EEUU. El presidente de EEUU, de gira por Asia, ha calificado el tiroteo de este domingo como un suceso "espeluznante"
"Es un poco pronto, pero está claro que nos encontramos ante un problema de salud mental de alto nivel. Tenemos muchos problemas de salud mental en nuestro país (...). Es algo que hay abordar de manera seria", ha sentenciado Donald Trump en una rueda de prensa en Tokio al ser preguntado por las medidas que deberían ser adoptadas para evitar este tipo de sucesos. No ha hecho mención al acceso a las armas en el país ni a una posible regulación para adquirirlas.
Al inicio de la comparecencia ante la prensa junto al primer ministro japonés, Shinzo Abe, Trump hizo referencia al tiroteo, envió sus condolencias a los familiares de las víctimas y dijo que EEUU " siempre es más fuerte cuando estamos unidos".
Nada más producirse el tiroteo, el presidente estadounidense escribió en su cuenta oficial de Twitter: "Que Dios esté con el pueblo de Sutherland Springs, Texas. El FBI y las agencias de la ley están sobre el terreno. Estoy siguiendo la situación desde Japón".
Exsoldado acusado de agresión
Los medios estadounidenses identifican como autor de esta matanza Devin Kelley, un hombre blanco de 26 años que se suicidó poco despúes del tiroteo tras una persecución con la policía.
Kelley sirvió en la Fuerza Aérea estadounidense en una base en Nuevo México, entre los años 2010 y 2014. Provenía del condado de Comal, según lo informó el congresista Henry Cuellar.
Fue juzgado en el consejo de guerra en 2012 por agredir a su esposa e hijo. Fue sentenciado a 12 meses de reclusión y recibió una descarga de "mala conducta" en 2014, según Ann Stefanek, la jefa de operaciones de medios de la Fuerza Aérea.