Varapalo internacional para la administración Trump. A pesar de las amenazas del presidente norteamericano, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha aprobado este jueves por 128 votos a nueve una resolución que censura el reconocimiento estadounidense de Jerusalén como la capital de Israel y el futuro traslado de la embajada a esta ciudad.
La votación no sólo es una dura crítica a la medida adoptada por EEUU en Oriente Próximo, sino que también deja en evidencia la capacidad diplomática de la Casa Blanca, después de que la representante norteamericana ante la ONU, Nikki Haley, advirtiera el día anterior de que estaría "tomando nombres" de los países que apoyaran la resolución.
El presidente Trump dio un paso más e incluso amenazó con cortar la ayuda financiera a aquellos que no se alinearan con los intereses de la Casa Blanca. Lo cierto es que tanto Washington como el gobierno israelí de Benjamín Netanyahu habían puesto toda la carne en el asador para evitar, o al menos minimizar, el impacto diplomático que supone esta declaración.
No obstante, estas advertencias, inusuales dentro del funcionamiento habitual de Naciones Unidas, no parecen haber surtido un efecto disuasorio en la mayor parte de la comunidad internacional. De hecho, antes de la votación, ya se veía difícil que EEUU pudiera frenar la resolución, ya que en la Asamblea General no existe la capacidad de veto, por lo que una mayoría simple era suficiente para adoptar una posición.
El único logro que puede anotarse la diplomacia estadounidense y los avisos del magnate es la abstención de 35 países, entre ellos aliados como Australia, México o Canadá. Otros socios como Reino Unido, Francia o Alemania no se plegaron y votaron a favor de la resolución.
De Togo a Micronesia con Trump
Junto a EEUU e Israel se posicionaron naciones como Togo, Micronesia, Nauru, Palau, las Islas Marshall, Guatemala y Honduras.
La resolución de la ONU, sin mencionar expresamente a los EEUU, afirma que cualquier acción que "haya alterado el carácter, el estado o la composición demográfica de la Ciudad Santa de Jerusalén" no tiene ningún efecto legal y debe rescindirse. También llama a todos los estados a "abstenerse de establecer misiones diplomáticas" en Jerusalén.
En cualquier caso, los efectos de la aprobación de este texto serán sólo simbólicos, limitándose a evidenciar la falta de respaldo internacional a la capitalidad israelí de Jerusalén, y demostrando la poca capacidad de influencia de Trump, incluso recurriendo a las amenazas económicas. Pese a ello, Washington seguirá adelante con sus planes.
La votación surgió tras una petición de Egipto, después de que los EEUU vetaran en el Consejo de Seguridad una resolución similar, rechazando la decisión de Washington de reconocer Jerusalén como capital.
Con independencia del resultado de la votación, el uso de amenazas en el seno de la ONU por parte de Trump ha despertado recelos entre los expertos en relaciones diplomáticas en EEUU. La CNN ha entrevistado a varios de ellos desde el miércoles. La mayoría muestra sus dudas sobre la actitud de la Casa Blanca.
"Personalizarlo, convertirlo en un voto a favor o en contra del presidente Trump, es una táctica extrañamente estúpida", explica Richard Gowan, un experto en Naciones Unidas del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. A su juicio, "hay una posibilidad extraordinariamente alta de que la Asamblea General vote por un margen muy amplio” en contra de la posición estadounidense -como finalmente ha ocurrido-.
Khaled Elgindy, miembro de la Institución Brookings y experto en relaciones internacionales, opina que la retórica de Washington trata de contentar “a una audiencia doméstica, que es lo mismo que estaban haciendo cuando Trump reconoció a Jerusalén como la capital de Israel", más que dirigirse realmente a los gobiernos extranjeros.
Incluso un veterano diplomático dijo anónimamente a la cadena de noticias que las advertencias de Trump demuestran “inexperiencia”, que EEUU saldrá derrotado por abrumadora mayoría y que incluso los países amigos de la Casa Blanca van a mantener la postura que llevan defendiendo décadas, dos estados conviviendo con un estatus negociado para Jerusalén.
Las ayudas de EEUU
La amenaza del presidente ha llevado incluso a los medios estadounidenses a repasar cuáles son los países supuestamente más dependientes de su ayuda económica.
Curiosamente, uno de los estados que sería más vulnerables a la presión de Trump es el único que seguro no irá contra EEUU: Israel, que en 2016 recibió más de 3.000 millones de dólares en ayuda militar, según la agencia estadounidense para el desarrollo internacional (USAID). Sólo Afganistán e Irak, donde Washington ha estado involucrado militarmente, han recibido más fondos.
El siguiente en la lista sería Egipto, con más de mil millones para Defensa. El Cairo es curiosamente quien lidera la iniciativa de la ONU. Cualquier represalia económica contra su gobierno podría tener efectos desestabilizadores en la zona, algo que a priori parece no interesar a Trump.
Sin embargo, Halley ha lanzado un aviso a navegantes durante la asamblea. "EEUU recordará este día cuando, una vez más, seamos llamados a hacer la mayor contribución del mundo a la ONU, y lo recordaremos cuando muchos países nos pidan que paguemos aún más y que usemos nuestra influencia para su beneficio”.
Defendiendo la resolución en la sesión estuvieron los representantes de Turquía, que criticó el bullying ejercido por Trump, y otras naciones poco amigas como Venezuela o Corea del Norte.
Fracaso israelí
En esta votación no sólo se ha puesto a prueba la capacidad de liderazgo internacional de Trump, también la política exterior de Netanyahu ha estado bajo la lupa. No en vano, en los últimos años, el líder israelí ha intentado ampliar el número de aliados más allá de Europa y EEUU, por ejemplo, estableciendo lazos comerciales a partir de la exportación de su tecnología.
Durante este año, Netanyahu visitó China y recibió al primer ministro de la India. También asistió a dos cumbres en África, se reunió con una serie de líderes de todo el continente y, en septiembre, se convirtió en el primer ministro israelí en visitar América Latina con escalas en Argentina, México y Colombia. Ahora podrá comprobar si el trabajo realizado en aquellos países ha surtido efecto.
El ministro palestino de Relaciones Exteriores, Riad Malki, ha calificado las amenazas de Estados Unidos como "peligrosas" y pronosticó que no tendrían un gran impacto. "Creemos que hay un consenso mundial en contra de la decisión de Trump sobre Jerusalén. Esto se reflejó claramente en el Consejo de Seguridad, a pesar del veto de Washington". Que haya o no represalias, sin embargo, está por ver.