Donald Trump ha pasado con nota, según las encuestas, su primer discurso sobre el Estado de la Unión, pronunciado este martes frente al Congreso, en una intervención que, sin grandes sorpresas en el contenido, ha estado cargada de referencias patrióticas, llamadas a la unidad del país y momentos muy emotivos y casi lacrimógenos ante a la presencia de víctimas de diferentes problemas que arrastra la sociedad estadounidense, desde las de consumo de drogas al terrorismo, pasando por la inseguridad ciudadana que el magnate en todo momento ha vinculado a la inmigración ilegal.

Durante más de hora y media, y sin perder de vista el telepromter, Trump ha hilvanado a la perfección un discurso que ha engarzado los logros económicos de su primer en la Casa Blanca, con las nuevas prioridades de su agenda política para este 2018, siempre llamando al consenso a ambos partidos y buscando un tono institucional, con constantes menciones al pueblo americano, a sus militares y sus símbolos.

Discurso del Estado de la Unión de Trump.

"Esta noche quiero hablar sobre qué tipo de futuro vamos a tener y qué tipo de nación vamos a ser. Todos nosotros, juntos, como un equipo, una persona y una familia estadounidense, con la fe y la familia, y no el gobierno y la burocracia, en el centro del país".

A tenor de las primeras encuestas tras su discurso, la estrategia de aparcar su retórica Twitter por unas horas le ha salido redonda. Según la CBS, el 75% de la audiencia aprueba el discurso. Por su parte, otro estudio de la CNN indica que tras escuchar al comandante en jefe, un 48% de los encuestados valoran como "muy positiva" su intervención, un 22% como "positiva", y sólo un 29% como "negativa". Además, el 62% dice que Trump va en la buena dirección y un 42% confía en él para llevar el país.

Mientras ha permanecido en el estrado, con los republicanos entregados y los demócratas con rostro serio y sin concederle apenas aplausos, Trump no ha hecho mención alguna a la trama rusa, a la caótica situación que atraviesa el FBI, ni a los escándalos que lo persiguen desde que llegó al cargo.

El magnate ha preferido obviar estos asuntos y centrarse en vender los logros de este primer año de gobierno, principalmente económicos, y avanzar cuáles serán sus prioridades en inmigración, infraestructuras, seguridad y políticas sociales.

A pesar del tono patriótico y solemne, el fondo de su mensaje no ha cambiado. En materia migratoria, por ejemplo, ha reclamado una reforma consensuada entre los dos partidos basada en cuatro pilares.

Por un lado, facilitar la ciudadanía a 1,8 millones de inmigrantes irregulares si cumplen con una serie de requisitos; reforzar la seguridad fronteriza, incluyendo la construcción del muro con México; acabar con la lotería anual migratoria, que anualmente concede residencias a extranjeros de determinados países; y modificar la legislación de concesión de residencias para basarla en la cualificación del aspirante en lugar de en los lazos familiares.

1.Inmigración

Trump, una vez más, ha ligado la inseguridad ciudadana a la inmigración, atribuyéndole a los indocumentados "la pérdida de vidas inocentes".

"Las fronteras abiertas han permitido a pandillas y drogas colarse en nuestro país, así como a trabajadores de bajos sueldos competir injustamente", ha manifestado.

En este punto, ha recordado a dos niñas afroamericanas que fueron asesinadas en Long Island, Nueva York, en diciembre de 2016, por parte de pandilleros de la banda MS-13. Los padres emocionados de estas pequeñas, que estaban en las gradas como invitadas del presidente, levantaron un aplauso unánime de toda la cámara.

"Muchos de estos pandilleros sacaron ventajas de las lagunas de nuestro sistema migratorio, entrando como menores no acompañados", soltó el magnate, antes de pedir un refuerzo para las patrullas fronterizas y cambios en las leyes de inmigración.

"Los EEUU ayudamos a otras naciones, pero mi lealtad mayor es con los jóvenes y trabajadores de EEUU. Quiero que nuestra juventud crezca para lograr cosas. Mi deber es defender a los estadounidenses, proteger sus comunidades y su derecho al sueño americano, porque los estadounidenses también son soñadores".

Esta frase ha levantado algunas ampollas, ya que Trump se apropiaba del término 'dreamers' o soñadores, que se usa para nombrar a los más de 700.000 jóvenes inmigrantes en situación irregular, que fueron introducidos en el país de niños por sus padres. Precisamente la congelación del programa DACA tiene desprotegido a este colectivo, lo que ha enfrentado a demócratas y republicanos y podría llevar a un nuevo cierre del gobierno el próximo 8 de febrero.

2.Obra pública

En cuanto a su plan de infraestructuras, ha lamentado que se tarden hasta diez años para lograr un permiso para una carretera, por lo que ha pedido a ambos partidos que apoyen su proyecto de ley para invertir 1,5 billones de dólares en obra pública, con contribución de las administraciones estatales y locales, así como del sector privado.

Además, ha remarcado que "cualquier proceso de ley debe aligerar los permisos a no más de dos años, y quizá a uno solo" para carreteras, puentes, vías ferroviarias y acueductos.

3.Mantener Guantánamo y más armas nucleares

En el plano internacional, ha insistido en que "la debilidad es el camino a los conflictos", por lo que ha pedido reforzar el Ejército y, "como parte de nuestra defensa, tenemos que modernizar y reconstruir nuestro arsenal nuclear con la esperanza de no tener que usarlo, pero hacerlo tan poderoso que evite cualquier de intento de agresión externa".

"En el futuro, habrá un momento mágico en que los países quieren ir juntos a eliminar estas armas, pero no estamos ahí todavía".

El presidente ha dado por derrotado al ISIS del territorio de Irak y Siria, aunque "hay mucho trabajo por hacer". "No repetiré los errores de las administraciones anteriores que nos llevaron a esta peligrosa posición".

En este punto, ha anunciado su intención de cambiar las leyes para luchar contra los terroristas, "que no son meros criminales, sino combatientes enemigos ilegales", de modo que "cuando sean capturados sean tratados como terroristas".

"Antes hemos liberado a centenares de ellos para luego encontrarlos de nuevo en campo de batalla. Acabo de firmar una orden pidiendo al secretario de Defensa que reexamine nuestra política de detención militar y para que mantenga abierta las instalaciones de detenciones en Guantánamo".

Trump entierra así por completo la promesa incumplida de Obama de cerrar la base norteamericana en Cuba, utilizada para encerrar a detenidos por terrorismo en el exterior, privándoles de todos los derechos que tendrían de estar recluidos en suelo estadounidense.

4.Reactivar la guerra contra el 'enemigo'

"Le pido al Congreso que se cerciore de que la lucha contra ISIS y Al Qaeda tenemos toda la capacidad para detener a terroristas donde sea, y para muchos de ellos ahora ese sitio será Guantánamo", ha apuntado.

El magnate también ha presumido de reconocer a Jerusalén como capital de Israel y ha anunciado una ley para que los 20.000 millones de dólares que su administración dedica a cooperación exterior no vaya a países "enemigos", como los que, según dijo, votaron en la ONU contra esta decisión.

Las críticas han ido también al régimen de Irán, y de nuevo al acuerdo nuclear que firmó Obama con ese gobierno, así como a "los regímenes comunistas y socialistas de Cuba y Venezuela".

No obstante, los mayores ataques se los ha llevado Corea del Norte, del que ha asegurado que "ningún régimen ha oprimido tanto a sus ciudadanos". Este ha sido otro punto cumbre de su discurso, al invitar a un refugiado norcoreano que huyó de aquel país perdiendo a familiares y resultando malherido, a levantarse, despertando la ovación de la Cámara.

La mención a "héroes americanos" presentes en la Cámara ha sido una constante y una forma con la que ha ido reforzando cada uno de los puntos de su discurso.

5.Despedir a funcionarios

Quizá una de las pocas sorpresas ha sido la solicitud de Trump al Congreso para que faculte a su Gobierno para poder premiar a los empleados públicos cuando su labor lo merezca, pero también para poder despedirlos con más facilidad en caso de que su rendimiento no sea el esperado.

De hecho, ha presumido de que su Administración ya ha despedido a 1.500 cuidadores de veteranos por no tratar bien a este colectivo. También ha puesto sobre la mesa su intención de crear un permiso familiar para los trabajadores norteamericanos, una suerte de licencia pagada para hacerse cargo de emergencias familiares.+

6.Medicamentos más baratos

Otro anuncio que no estaba en el guión ha sido en el apartado de salud y políticas sociales. El presidente quiere sacar adelante un proyecto que permita a los enfermos terminales recibir tratamientos experimentales en EEUU. "No deben ir de país en país a buscar una cura. Quiero darles una oportunidad en su propia casa. Es hora que el Congreso les dé el derecho a probar".

Del mismo modo, ha marcado como prioridad para 2018 lograr una rebaja en el precio de los medicamentos que pagan los estadounidenses, sensiblemente superior al de otros países del mundo. "En otros países valen mucho menos de lo que pagamos en EEUU y es muy injusto. Los precios van a bajar sustancialmente".

7.Lucha contra la droga

El presidente quiere abrir una guerra contra la epidemia de opiáceos, que ha costado la vida a más de 640.000 ciudadanos en 2016, "174 muertes por día, siete cada hora", ha incidido Trump. "Mi Administración está comprometida a luchar contra la epidemia de las drogas. La lucha será larga, pero vamos a prevalecer y tener éxito".

Siguiendo el guión, el presidente ha hecho balance de su gestión económica, destacando la caída del paro, "a niveles no vistos en los últimos 45 años", gracias al recorte de impuestos que, según destacó, permitirá que cada familia tenga de media 4.000 dólares más en el bolsillo cada año.

En este punto destacó que empresas como Apple, la petrolera Exxon Mobile o los fabricantes de coches están anunciando inversiones millonarias y la creación de miles de empleos.

El discurso ha terminado recordando que "los estadounidenses aman a su país, y merecen un gobierno que les muestre el mismo amor y lealtad a cambio". Entre aplausos y al grito de 'U-S-A' en las gradas republicanas.

A la Casa Blanca se ha vuelto solo, ya que la primera dama ha llegado y se ha ido del Congreso por su cuenta, contradiciendo lo que marca la tradición, y desatando rumores -más aún- sobre una posible crisis matrimonial.

Mientras en las tertulias apuestan sobre cuánto tardará Trump en volver a su tono habitual. Todos pendientes de Twitter.

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