El fiscal general en funciones de EEUU, Matthew Whitaker, cobró 1,2 millones de dólares entre 2014 y 2017 de una organización sin ánimo de lucro de la que era el único trabajador y cuya financiación es dudosa, según publica este miércoles The Washington Post.
Whitaker, nombrado por el presidente estadounidense, Donald Trump, tras el despido de Jeff Sessions, se incorporó a esta organización, la Foundation for Accountability and Civic Trust (FACT), tras mudarse a Washington en 2014.
El rotativo capitalino dijo en su artículo que no pudo establecer ni el origen de la financiación de FACT ni el de la propia organización, fundada en 2012 bajo un nombre diferente.
Un portavoz de FACT dijo al The Post que la organización no está obligada a revelar su fuente de financiación, aunque declaraciones de impuestos a las que tuvo acceso el rotativo revelan que parte del dinero llegó de DonorsTrust, una organización utilizada para hacer donaciones anónimas a entidades conservadoras.
"Como casi todas las organizaciones sin ánimo de lucro, incluidas aquellas con objetivos similares, FACT no está obligado a revelar la información de sus donantes. Esto protege los derechos de libertad de expresión de todos los donantes de los grupos", dijo el portavoz.
Cuando Whitaker fichó por FACT, trabajaba como abogado en Iowa por un salario de 79.000 dólares anuales.
En la capital federal su salario como presidente de FACT se disparó alcanzando 1,2 millones de dólares en unos tres años.
Whitaker trabajaba como jefe de gabinete de Sessions cuando Trump lo nombró fiscal general de forma interina.
Su nombramiento generó mucha polémica ya que como fiscal general Whitaker pasó a supervisar la investigación sobre la trama rusa que dirige el fiscal especial Robert Mueller, de la que es un fuerte crítico.