El exvicepresidente de Estados Unidos y favorito para lograr la candidatura demócrata a la Casa Blanca según las encuestas, Joe Biden, ha sido el foco de los ataques de sus compañeros de partido que durante el debate presidencial le afearon su pasado político.
Biden compartió la tarima del Teatro Fox de Detroit (Michigan) en la segunda noche del segundo debate demócrata con los senadores Kamala Harris y Cory Booker, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, y el exsecretario de Vivienda Julián Castro, además de otros cinco aspirantes.
Aunque el exvicepresidente de Barack Obama (2009-2017) sorteó la primera parte del debate, centrada en el sistema sanitario -principal preocupación de los estadounidenses-, el resto de aspirantes se abalanzaron sobre él cuando la conversación viró a la inmigración.
Todo estalló cuando Castro, quien fue miembro del Gabinete de Obama junto a Biden, defendió discriminalizar el ingreso de inmigrantes indocumentados a Estados Unidos, a lo que el exvicepresidente se opone.
"Me parece que con el secretario (Castro), nos sentamos juntos en muchas reuniones y nunca le escuché hablar de nada de eso", dijo Biden a la ofensiva.
"Parece que uno de los dos ha aprendido de las lecciones del pasado y otro no", respondió Castro, el único latino entre los aspirantes, quien dijo que se necesitan "agallas" con la inmigración.
"Tengo las agallas suficientes para decir que su plan no tiene ningún sentido", replicó el exvicepresidente.
En ese momento fue De Blasio quien le reprochó a Biden el número de deportaciones de inmigrantes sin papeles durante el Gobierno de Obama, superior a las del actual presidente, Donald Trump, durante los dos primeros años de mandato.
Ante un evasivo Biden, el alcalde de Nueva York le preguntó si hizo algo para frenar las deportaciones.
"Yo era vicepresidente. No presidente. Mantengo mis consejos en privado. A diferencia de usted, que me imagino que saldría y diría cualquier cosa dicha en privado. Eso yo no lo hago", afirmó Biden, quien defendió políticas migratorias de Obama como regularizar de forma temporal a los jóvenes inmigrantes conocidos como "dreamers".
Momento en el que tomó parte Booker: "Usted invoca al presidente Obama más que nadie en esta campaña. No puede hacerlo cuando es conveniente y esquivarlo cuando no lo es".
La migración dejó entonces paso al sistema de justicia criminal, uno de los puntos fuertes de la campaña de Booker, que combate el encarcelamiento masivo en el país.
Booker le afeó a Biden su papel como senador en la promulgación de una ley sobre justicia criminal de 1990, considerada ahora como el origen del encarcelamiento masivo, en particular de las minorías raciales.
"Todos los problemas de los que está hablando son problemas que él creó", dijo Booker.
Biden también recibió ataques por sus posiciones presentes y pasadas sobre la crisis climática, acuerdos comerciales, discriminación racial o el aborto.
Por su parte, Kamala Harris, quien también puntúa en los sondeos y que brilló en el primer debate celebrado en junio, pasó esta vez más desapercibida e incluso recibió ataques de la congresista Tulsi Gabbard por su pasado como fiscal general de California, de los que apenas logró defenderse.
"Encarceló a más de 1.500 personas por infracciones de marihuana y se burló de ello cuando le preguntaron si alguna vez había fumado marihuana. Bloqueó pruebas que hubiesen dejado libres a hombres inocentes condenados a muerte. Mantuvo a presos en la cárcel más allá de sus condenas para usarlos como mano de obra barata para el estado de California", dijo Gabbard.
Además de Biden, Harris, Booker, Gabbard, De Blasio y Castro, en el debate participaron los senadores Michael Bennet y Kirsten Gillibrand, el gobernador del estado de Washington, Jay Inslee, y el empresario Andrew Yang.
La noche cerró el segundo debate presidencial demócrata después de que el martes otros diez candidatos -entre los que destacaron los senadores izquierdistas Bernie Sanders y Elizabeth Warren- participaran en la primera ronda.
Después de dos debates con 20 aspirantes en cada uno, el Partido Demócrata ha endurecido los requisitos para participar en el tercero, que tendrá lugar los días 12 y 13 de septiembre en Houston (Texas).
Hasta la fecha, tan solo tienen asegurado su puesto en el debate de Houston siete candidatos -Biden, Sanders, Warren, Booker, Harris, el alcalde de South Bend (Indiana), Pete Buttigieg, y el excongresista texano Beto O'Rourke-.