Donald Trump aseguró durante su campaña electoral que su prioridad, cuando alcanzara la presidencia de los Estados Unidos, sería deportar al mayor número posible de inmigrantes. Como candidato prometió expulsar a 11 millones personas, esta cifra equivale al número de inmigrantes indocumentados que se calcula que hay en el país.
Una vez sentado en el despacho Oval de la Casa Blanca, oficina de trabajo del presidente, rebajó sus metas y aseveró que saldrían del país hasta 3 millones de inmigrantes con "antecedentes criminales, miembros de pandillas o traficantes de drogas". "Los vamos a sacar del país o quizá los vamos a encarcelar", sentenció.
Hace unas semanas, el miedo volvió a entrar en las casas de las personas indocumentadas cuando Trump advirtió, por medio de su cuenta de Twitter, que pondría en marcha una oleada masiva de deportaciones en 10 ciudades con el objetivo de expulsar a más de 2.000 extranjeros. El periódico The New York Times, que ha tenido acceso a unos informes del Gobierno, ha publicado que las autoridades sólo habrían retenido a 35 personas desde la entrada en vigor de esta medida.
No es menos cierto, hasta fecha de hoy, que no hay en la historia de los Estados Unidos ningún presidente que haya deportado a más personas que Barack Obama. Entre los años 2009 y 2017, la administración dirigida por Obama deportó a unos 2,5 millones de inmigrantes, según cifras del Departamento de Seguridad Nacional.
Durante el gobierno de Obama se deportaba a aquellas personas que tenían una condena por delitos graves o supusieran una amenaza para la seguridad nacional. Ahora Trump ha ampliado el tipo de infracciones y delitos.
El proceso para deportar a un inmigrante ilegal en EEUU implica un proceso judicial que se puede demorar meses. Incluso no es una tarea sencilla para las autoridades localizar a esas personas que tienen una orden de deportación. Pero, ¿qué sucede en este lapso de tiempo desde la detención de una persona hasta que es deportada a su país de origen?
¿Quiénes son el blanco de Trump?
Los operativos más recientes se centran en familias procedentes de Centroamérica que han estado llegando a EEUU desde la frontera sur. En las redadas se buscan a padres, madres y criaturas. Con esta medida, Trump trata de disuadir a los inmigrantes que estén pensando en venir a Estados Unidos
La semana pasada, lo jueces de inmigración lanzaron la orden de detener y deportar a esas personas que no han comparecido ante el tribunal cuando este se lo solicitó. Sin embargo, los abogados migratorios han declarado al New York Times que a veces estas personas reciben una orden de comparecencia sin especificar el lugar o la fecha. En alguna ocasión, varios inmigrantes se han presentado ante el tribunal y la respuesta ha sido que no se les pidió comparecer a esa hora o ese día.
Momento del arresto
Los agentes del ICE, Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, más conocidos como 'la migra', se aproximan hasta la casa de su objetivo antes del amanecer, para asegurase de que lo van encontrar. Una vez allí, aguardan en sus vehículos hasta que la persona abandona su hogar de forma voluntaria para arrestarla.
En otros tiempos, las autoridades se servían de otras artimañas como embustes para conseguir que los extranjeros colaboraran. Por ejemplo: fingir que estaban buscando a otra persona. Además, los agentes de ‘la migra’ suelen disponer de fotografías de sus objetivos y acostumbran a merodear la casa días previos al arresto con vehículos oficiales sin marca.
Una vez han sido arrestados, aunque ante la ley figuran como personas sin autorización para estar en los Estados Unidos, cuentan con los mismos derechos que cualquier otro ciudadano. Tienen derecho a guardar silencio y a no otorgar su consentimiento para que se realicen búsquedas o rastreos en sus casas. Pero, se han dado casos, que los agentes no han podido determinar la identidad de un inmigrante y lo han arrestado igualmente.
Oficina local de 'la migra'
Posteriormente, las autoridades trasladan a los detenidos a una oficina local de la ICE. Los trámites del papeleo y encontrar espacio en un centro de detención se puede demorar hasta cinco horas. Mientras tanto, la persona espera a que se la procese y su abogado puede aprovechar ese tiempo para presentar una moción para que se reabra el caso y retrasar la expulsión del país.
Los abogados realizan estos trámites casi sin mantener contacto con su cliente. Solo se les concede una reunión vía Skype, pero podrían pasar semanas o meses hasta que las autoridades le conceden una audiencia.
Deportación en vuelos chárter
Una vez se han agotado los plazos legales, comienza el proceso de expulsión física de la persona de Estados Unidos. Para las personas de Centroamérica este proceso se puede dilatar entre tres y cuatro meses porque conseguir los documentos requeridos para viajar a su país lleva tiempo. Posteriormente, los inmigrantes sólo tienen que presentarse ante los agentes del ICE con sus equipajes en mano y las autoridades se encargaran de gestionar el resto.
Decenas de miles de personas son devueltas cada año a sus países de origen en vuelos chárter o vuelos comerciales. En algunos casos, los inmigrantes se ven obligados por ‘la migra’ a realizar el viaje esposados.