Estados Unidos estaba aún en shock con el tiroteo ocurrido en El Paso, donde un supremacista blanco mató a 20 personas e hirió a otras 30 en un centro comercial, cuando una nueva matanza salia a la luz. Tan sólo trece horas después, en Dayton, Ohio, un nuevo atacante mataba a nueve personas y hacía más de 30 heridos. Entre los muertos estaba la hermana del asesino.
Dos matanzas terriblemente comunes en un país que contabiliza, a día de hoy, más tiroteos que días en lo que va de año. Este lunes, día 217 del año, ya se habían contabilizado 251 tiroteos en Estados Unidos, según la asociación Gun Violence Archive, que se encarga de contar todos los incidentes con armas en los que hayan muerto al menos cuatro personas, sin contar con el atacante.
La estadística muestra lo común que es la violencia a causa de las armas en EEUU. El ataque de El Paso fue el tiroteo masivo más mortífero del año, mientras que los asesinatos en Dayton marcaron el tercer tiroteo más mortífero del año. El segundo tiroteo más mortal del año tuvo lugar en mayo, cuando un hombre armado abrió fuego contra un edificio municipal en Virginia Beach y mató a 12 personas.
La última vez que el número de tiroteos masivos superó los días del año fue en 2016, que tuvo 382 tiroteos masivos, la mayor cantidad en cualquier año desde que Gun Violence Archive comenzó a llevar un registro. Los últimos dos años se acercaron, con 346 tiroteos masivos en 2017 y 340 en 2018.
Los casi 30 muertos en menos de 24 horas an hecho salir a la luz el debate sobre las armas en EEUU una vez más. Pero los especialistas repiten que, pese a las dos tragedias, nada va a cambiar en la legislación. El lobby de la Asociación Nacional del Rifle (NRA) permanece sólido desde 1871 y Donald Trump no tiene cualquier intención de frenarlo.
En abril, Trump visitó la NRA y se presentó como el "campeón" de la segunda enmienda que protege el derecho de los estadounidenses a llevar armas y que, alertó, "está en peligro", en caso de que no gane las elecciones de 2020.
Además, los demócratas apuntaron al "racismo" y su condescendencia con el "supremacismo blanco" del presidente estadounidense como una de las causas detrás del tiroteo de El Paso.
"Es un racista y aviva el racismo en este país, y no solo ofende nuestra sensibilidad, fundamentalmente cambia el carácter de este país y lleva a la violencia", afirmó Beto O'Rourke, excongresista por Texas tras visitar a heridos en hospitales. "Hemos tenido un aumento en los crímenes de odio cada uno de los últimos tres años durante una administración en la que tienes un presidente que ha llamado violadores y delincuentes mexicanos, aunque los inmigrantes mexicanos cometen delitos a un ritmo mucho más bajo que las personas nacidas en este país. Él ha tratado de hacernos tener miedo de ellos...”, argumentaba el candidato.
Bernie Sanders criticó también al liderazgo del Senado republicano por estar más preocupado por complacer al lobby de las armas que “escuchar a la gran mayoría del pueblo estadounidense”, y puso a EE.UU. en el foco internacional por una permisividad inaudita con las armas: “En todo el mundo, la gente mira a los Estados Unidos y se pregunta qué está pasando. ¿Cuál es la situación de la salud mental en los Estados Unidos, donde una y otra vez, vemos un horror indescriptible?”.