La cruda realidad del coronavirus llega, literalmente, a la televisión italiana. Tras el nuevo decreto ley del Gobierno transalpino, del primer ministro Giuseppe Conte, no sólo hay que mantener 1 metro de distancia entre personas en todo el país. Sino que además quedarán prohibidos, de forma temporal, todos los eventos sociales, culturales y deportivos que impidan respetar dicha distancia interpersonal.
Esta medida ha afectado directamente a la producción de programas televisivos en el país. Si no se puede respetar el metro de separación, las cadenas tendrán sólo dos opciones: grabar sin público o cancelar los programas.
La Corrida, presentada por el conocido Carlo Conti, ha sido uno de los programas de primetime italianos que se han visto cancelados debido al nuevo decreto ley del Gobierno de Conte. Semanalmente, en la cadena pública Rai 1, los concursantes de este programa demuestran sus extravagantes habilidades ante los espectadores del principal canal del país. Por el momento, sin embargo, no podrá emitirse hasta nueva orden, dado que uno de sus puntos fuertes de su producción es precisamente la presencia de un público que aplaude o pita a los participantes en juego. En este caso se mezcla una disposición legal con una elección de producción.
Otros programas, sin embargo, han estado a punto de sufrir cancelaciones pero, por lo contrario, han logrado mantenerse en la parrilla televisiva. Aunque sea sin la compañía del público. Es lo que ha ocurrido con el seguidísimo I Soliti Ignoti, un concurso también de la cadena pública Rai 1, centrado en adivinar la profesión o el parentesco entre los concursantes; que se emite siempre después de los informativos de la noche y antes de la programación prime time.
En este caso, donde el público es más decorativo que funcional para el contenido y el ritmo del programa presentado por el famoso Amadeus –último presentador del célebre Festival de Sanremo–; la emisión de I Soliti Ignoti quedará intacta.
Resulta también llamativo, estos días, la forma en la que los invitados acuden a los platós de los magacines informativos, como por ejemplo Omnibus, Coffee Break, L'Aria Che Tira o Tagadà, que se emiten a diario en la parrilla televisiva de cadena privada La 7. Dichos programas prescinden parcialmente de su público, intentando mantener el metro de distancia impuesto por el Gobierno, al igual que los invitados presentes en los directos que, en esta época, suelen ser, en su gran mayoría, expertos virólogos.
"El espectáculo tiene que continuar"
La primera región de Italia que se vio realmente afectada en la producción televisiva fue Lombardía, cuya capital es Milán. Hay que tener presente que dicha ciudad no sólo es el centro económico del país, ya que allí se halla, por ejemplo la Bolsa del país; sino uno de los mayores puntos de producción audiovisual de Italia. Y no sólo a la hora de hablar de los programas relativos al ente público televisivo, la Rai, sino sobre todo cuando se trata de imperios mediáticos como Mediaset, propiedad de la familia Berlusconi, donde casi toda la producción se lleva a cabo en la capital lombarda.
Programas como Non è la D'Urso (domingos por la tarde, Canale 5, Mediaset), Le Iene (martes y jueves por la noche, Italia 1, Mediaset) o Che Tempo Che Fa (domingos por la noche, Rai 2, Rai), producidos en Milán, han empezado hace dos semanas a grabar sin público: "El espectáculo tiene que continuar, eso sí, pero sin exponer las personas a ningún tipo de riesgo inutil", admitió hace unos días Barbara D'Urso, la conocidísima presentadora del programa que lleva su nombre, todos los domingos por la tarde, en Canale 5, la cadena más importante de Mediaset en el país con forma de bota.
Y añadió: "No será fácil, para mí, estar en un plató completamente vacío, pero trataré de entretener con la presencia de los invitados. Sé que percibiré el calor de los espectadores a través de las redes sociales".
Hace dos semanas, tras conocerse el primer foco del contagio, a unos 70 kilómetros al sur de Milán, se empezaron a tomar las primeras medidas anti aglomeración de personas para la región de Lombardía.
Fue entonces cuando los primeros programas italianos comenzaron a tener los primeros cambios en la producción. Ahora la situación es de mucho más calado, porque el nuevo decreto ley aprobado el miércoles por el Gobierno italiano del premier Giuseppe Conte para contener el coronavirus se aplicará para toda Italia. Y, por tanto, afecta también a toda la producción televisiva en Roma, la capital del país, principal sede, por ejemplo, de los programas de la Rai.
Sin 'calcio'
Otros ámbitos también se han visto afectados en Italia por el coronavirus, como el fútbol, el cine o el teatro. Si hay un fenómeno multitudinario en Italia es sin duda su Calcio, por esta razón todos los partidos de la Serie A, la primera división italiana, se celebrarán a puerta cerrada hasta el próximo 3 de abril.
Las medidas para contrastar el coronavirus también han afectado al mundo del espectáculo: "Se suspenden las manifestaciones, los eventos y los espectáculos de cualquier naturaleza, incluso cinematográficos y teatrales, desarrollados en cualquier lugar, tanto público como privado, que impliquen la aglomeración de personas y por tanto no conseguir respetar la distancia de seguridad interpersonal de 1 metro", explica el decreto ley recién aprobado. El Teatro de la Ópera de Roma, por ejemplo, ha anulado todas las funciones hasta el próximo 5 de abril.
A pie de calle, el clima que se respira por ejemplo en Roma, la capital de Italia, está a medio camino entre la preocupación, la burla y la prevención. Más de uno, delante de los restaurantes o los cafés, bromea acerca de las nuevas medidas aprobadas por el presidente del Gobierno, Giuseppe Conte: "¡Tío, que no te abrazo! ¡Vamos a respetar el decreto, eh!", ha sido algunos de los comentarios jocosos oídos ayer por las calles de la Ciudad Eterna.
La gran mayoría no lleva mascarillas puestas, aunque admiten haberlas comprado en casa. Pasando por la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, parece que hay menos gente, al igual que en determinados puntos del centro histórico romano. La broma más recurrente de ayer entre adultos, tras el cierre de todas las escuelas hasta el 15 de marzo, fue: "¿Qué? ¿Con los niños en casa, no?". Muchos de ellos, muy probablemente, lo tomarán como unas inesperadas vacaciones.