Steve Bannon, el polémico exasesor de Donald Trump, fue detenido este jueves y acusado de defraudar cientos de miles de dólares de donaciones a una campaña para construir el muro en la frontera con México prometido por el presidente de Estados Unidos.
Bannon, que se declaró no culpable, salió de los tribunales del distrito sur de Nueva York, en Manhattan, sobre las 6.30 de la tarde y fue recibido por una nube de periodistas, así como por ciudadanos que gritaban "¿dónde está el dinero?" y "¿cómo está yendo ese muro?".
El antiguo consejero de Trump, arrestado en Connecticut mientras se encontraba en un yate del millonario chino Guo Wengui, fue puesto en libertad después de aprobar el juez Stewart Aaron una fianza de 5 millones de dólares, que también impuso restricciones de viaje que significan que Bannon no podrá trasladarse al extranjero, ni usar aviones privados o barcos sin el expreso permiso del magistrado.
Más arrestados
Junto a Bannon fueron arrestadas e imputadas otras tres personas por su papel en un supuesto fraude en torno a la iniciativa "We Build the Wall" ("Nosotros construimos el muro", en inglés), que recaudó unos 25 millones de dólares, según las autoridades.
"Los acusados defraudaron cientos de miles de dólares de donantes, aprovechándose de su interés para financiar un muro fronterizo para recaudar millones de dólares, bajo el falso pretexto de que todo el dinero se dedicaría a la construcción", señaló en un comunicado Audrey Strauss, la fiscal en funciones del distrito sur de Nueva York.
Según la fiscal, la campaña desvió importantes cantidades de dinero a Brian Kolfage, un veterano de la guerra de Irak que fundó la iniciativa y fue su gran rostro, a pesar de que se aseguró repetidamente a los donantes que este no recibiría un centavo.
Además, las autoridades apuntan que los involucrados crearon facturas y cuentas falsas para "blanquear donaciones" y "tapar sus crímenes", canalizando fondos de "Wel Build the Wall" a través de una organización sin ánimo de lucro que controlaban.
"Este caso sirve de aviso a otros defraudadores de que nadie está por encima de la ley, ni siquiera un veterano de guerra incapacitado o un estratega político millonario", señaló en la nota Philip R. Bartlett, el inspector encargado del caso.
Además de Bannon, fueron detenidos el propio Kolfage y otros dos hombres, Andrew Badolato y Timothy Shea, por su papel en el supuesto fraude.
El exasesor de Trump comparecerá este jueves ante un tribunal de Nueva York, mientras que Kolfage y Badolato lo harán en dos cortes de Florida y Shea en Colorado.
Según la acusación, los cuatro recibieron cientos de miles de dólares procedentes de donaciones, que usaron para gastos personales y fines que no tenían nada que ver con lo prometido en su campaña de recaudación.
Todos están imputados con cargos de conspiración para cometer fraude electrónico y de conspiración para el blanqueo de dinero, dos delitos que pueden acarrear penas máximas de 20 años de cárcel cada uno.
Bannon, considerado uno de los grandes artífices de la llegada de Trump a la Casa Blanca con su apuesta populista y apoyos en la extrema derecha, dejó la Administración en agosto de 2017.
Bannon, cuya próxima comparecencia ha sido fijada para el 31 de agosto, deberá suspender también la recaudación de fondos que había emprendido con otros tres socios, Brian Kolfage, Andrew Badolato y Timothy Shea, que también han sido imputados bajo las acusaciones de fraude y blanqueo de dinero.
El juez rechaza las excusas de Trump
Por su parte, el juez federal del distrito sur de Nueva York Víctor Marrero rechazó este jueves los argumentos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para no acudir a una citación sobre sus declaraciones de impuestos emitida por el fiscal general de este distrito, Cyrus Vance.
En su escrito, Trump había tildado de "acoso ilegal" y "exceso" la reclamación respecto a sus declaraciones de la renta que solicitó Vance a su empresa de contabilidad como parte de un litigio en el que se investigan los pagos secretos de su campaña electoral realizados a una actriz porno.
El juez Marrero señala que el presidente no ha demostrado que la citación represente una carga injusta y se posicionó a favor de Vance, que investiga al mandatario por posibles violaciones de leyes estatales.
Marrero detalló que no podía "acreditar mecánicamente" los argumentos del presidente de que la citación era "indebidamente onerosa y motivada por mala fe", y aseguró que el planteamiento de Trump buscaba una "inmunidad absoluta por la puerta trasera".
En este sentido, el magistrado se mostró muy crítico con la línea de defensa de Trump, cuyo equipo jurídico alegó que incluso si este presidente, o cualquier presidente, cometía un crimen a simple vista delante de todo el mundo estaría "protegido" de las investigaciones policiales, judiciales o procedimientos de cualquier tipo, ya sea federal o estatal, hasta la expiración de su mandato.