"La amenaza del presidente a Estados Unidos es urgente, y también lo será nuestra acción". Así presentaba la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, la ofensiva demócrata para sacar a Donald Trump de la Casa Blanca e iniciar el impeachment. Para lograr su objetivo, los demócratas necesitan recabar apoyos suficientes en el Senado. La estrategia a seguir: cortejar a aquellos republicanos que planeen presentarse a las elecciones presidenciales en 2024 o que tengan algo pendiente con el todavía mandatario.
El lunes, los demócratas liderados por Pelosi pusieron en marcha dos vías alternativas para acelerar el final de la Presidencia de Trump e iniciar su enjuiciamiento político. Por una parte, presentaron una petición formal para que el vicepresidente Mike Pence, junto a una mayoría del actual Ejecutivo, invocara la Vigesimoquinta Enmienda para destituir a Trump y sustituirle al frente del Gobierno hasta el 20 de enero, fecha en la que se celebrará la ceremonia de investidura de Joe Biden.
"Pedimos al vicepresidente Michael R. Pence que convoque y movilice a los principales funcionarios de los departamentos ejecutivos del gabinete para activar la sección 4 de la 25a Enmienda para declarar al presidente Donald J. Trump incapaz de ejecutar las funciones de su cargo y ejercer inmediatamente sus poderes como presidente interino".
Para invocar dicha enmienda, el vicepresidente Pence necesitaría una mayoría del gabinete para acordar que Trump no es apto para el cargo. Trump podría cuestionar dicha valoración y, de darse el caso, Pence y los demás miembros de primera línea del Ejecutivo tendrían cuatro días para disputar al presidente.
Como era de esperar, los republicanos han bloqueado esta moción rápidamente, lo que significa que la Cámara Baja tendrá que convocar una votación sobre la medida el martes. El Congreso necesitaría una mayoría de al menos dos tercios de los votos para destituir a Trump.
Ultimátum demócrata a Pence
Si Pence no interviene "dentro de las 24 horas" posteriores a la aprobación de la moción y/o el presidente no renuncia, los líderes de la Cámara de Representantes pondrán en marcha el proceso de impeachment contra Trump, con vistas a conseguir su inhabilitación y evitar así que pueda volver a presentar su candidatura en futuras elecciones.
"Debido a que el plazo es tan corto y la necesidad es tan inmediata y una emergencia, también procederemos en un camino paralelo en términos de juicio político", dijo el líder de la mayoría Steny Hoyer poco antes de que varios miembros del Comité Judicial de la Cámara presentaran una moción de un solo artículo el lunes en el que acusan a Trump de "incitación a la insurrección".
Firmado por los representantes demócratas Jamie Raskin, Ted Lieu y David Cicilline, ya cuenta con el apoyo de más de 210 representantes demócratas, reuniendo la mayoría necesaria para su aprobación en la Cámara Baja.
Esta segunda vía está programada para su consideración a las 9 de la mañana del miércoles. Después de la votación de la Cámara Baja, se espera que los artículos pasen inmediatamente al Senado, todavía en manos de los republicanos. El líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, ya ha indicado que el juicio político, presidido por el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, no podría comenzar hasta que la Cámara Alta regrese el 19 de enero, la víspera de la inauguración de la Presidencia de Biden.
El voto republicano, clave
"Espero que tengamos el apoyo de los republicanos", apuntó Cicilline, uno de los precursores del impeachment. En previsión de una votación reñida, los demócratas se han lanzado a cortejar a aquellos senadores que o bien se hayan mostrado a favor de una solución judicial contra el presidente en funciones –caso de Mitt Romney, único republicano que votó a favor de condenar a Trump en el anterior proceso de impeachment en 2019– o que estén marcando distancias con Trump. Entre estos últimos destacan la senadora republicana por Alaska, Lisa Murkowski, quien dejó muy claro en declaraciones al Anchorage Daily News: "Lo quiero fuera. Ha causado bastante daño".
"Donald Trump ha actuado de manera vergonzosa. Ha estado en flagrante incumplimiento de su deber. Y será recordado por haber incitado esto y haber generado más división en un pueblo ya dividido", dijo por su parte el viernes el senador republicano por Nebraska Ben Sasse en una entrevista con la CBS.
"Definitivamente, consideraré cualquier artículo que puedan mover", añadió Sasse en referencia a la moción de impeachment presentada por los demócratas. Cabe destacar que Sasse suena en las quinielas republicanas como posible candidato a las elecciones presidenciales de 2024.
El senador Pat Toomey, republicano de Pensilvania, reconoció en una entrevista con la CNN que pensaba que las acciones de Trump equivalían a delitos dignos de juicio político, aunque no está seguro sobre si alguien puede ser declarado culpable de un cargo de juicio político después de haber abandonado su puesto. "Creo que el presidente cometió delitos imputables", confirmó Toomey.
Otros nombres que suenan en los círculos demócratas como posibles aliados en el proceso de enjuiciamiento político son senadores 'novatos' Nancy Mace (diputada republicana por Carolina del Sur) o Peter Meijer (representante republicano por Michigan). "Cuando se trata de un juicio político, es algo que estamos considerando seriamente en este momento. … Lo que vimos el miércoles dejó al presidente no apto para el cargo", aseveró Meijer en declaraciones para WXMI, una filial de Fox.
No obstante, Mace mostró su preocupación sobre que el juicio político pudiera inflamar las tensiones partidistas. "Tenemos que responsabilizar al presidente por lo que sucedió", demanda Mace, a la par que hace un llamamiento general y pide "tener mucho cuidado con la retórica" y evitar "ser divisivos ahora mismo".
Comentarios como los de Mace ponen de manifiesto el dilema al que se enfrentan los republicanos tras el asalto al Capitolio. Por un lado, quieren mantener su compromiso con el cumplimiento de la ley y el orden haciendo que los responsables del violento asedio rindan cuentas. Por otro, no quieren alienar a la base conservadora del partido, que sigue siendo en gran parte leal a Trump.