La ciudad de Nueva York va a requerir una prueba de vacunación contra la Covid-19 para toda persona que quiera comer en el interior de un restaurante, entrar a una sala de conciertos o usar un gimnasio, entre otras cosas, según adelantaron este martes varios medios locales.
Está previsto que el alcalde, Bill de Blasio, anuncie la medida hoy mismo y que estas nuevas normas estén plenamente en vigor para mediados de septiembre, tras un periodo de transición que arrancará durante este mes.
Nueva York es la primera ciudad de Estados Unidos que anuncia este tipo de requisitos, con los que busca dar un nuevo impulso a la campaña de inmunización, que se ha ralentizado en los últimos meses por las reticencias de muchos ciudadanos a vacunarse.
El anuncio llega después de que en los últimos días algunas importantes cadenas de restaurantes o gimnasios, así como los teatros de Broadway, anunciasen que iban a comenzar a requerir a sus clientes pruebas de vacunación.
De Blasio destacó ese "liderazgo" demostrado por el sector privado y defendió que es necesario respaldarlo con "mandatos claros".
La nueva política "requerirá vacunación para los trabajadores y los clientes de la hostelería, el ejercicio o el entretenimiento en interiores", explicó el alcalde, quien insistió en que no se permitirá ingresar en ningún negocio de este tipo a nadie que no se haya puesto al menos una dosis.
"Si no estás vacunado, desafortunadamente no vas a poder participar en muchas cosas", insistió el alcalde, quien dijo que el objetivo de la nueva medida es "convencer a todo el mundo de que este es el momento de detener la variante Delta y que eso significa vacunarse ahora".
En la hostelería, los no vacunados podrán ser atendidos en las terrazas, con las que cuentan la mayoría de establecimientos desde el estallido de la pandemia.
Está previsto que las nuevas normas estén plenamente en vigor para mediados de septiembre, tras un periodo de transición que arrancará durante este mes.
El ayuntamiento neoyorquino ya había anunciado en los últimos días que iba a exigir a los empleados municipales vacunarse o someterse a pruebas semanales, al tiempo que dio a conocer un incentivo de 100 dólares para cualquier ciudadano que acuda a ponerse la primera dosis a un centro público.