"Muchos de nosotros escuchamos durante nuestro servicio militar, a menudo de los ciudadanos extranjeros con quienes servimos, 'EEUU es genial, porque EEUU es bueno'. En este momento, con respecto a estos compañeros guerreros afganos e iraquíes, no creemos que EEUU esté haciendo el bien que debe y, por lo tanto, corre un peligro considerable de perder algo de su grandeza. Por favor, no dejes que esto suceda durante tu mandato. Arregla esto ahora".
De esta forma conminan al presidente de EEUU, Joe Biden, a "hacer las cosas bien" cerca de una veintena de asociaciones de militares, veteranos y familias de combatientes, en una carta que le enviaron el pasado viernes.
En una segunda carta, fechada el lunes 23 de agosto, más de 40 asociaciones de veteranos le pedían a Biden una reunión para tratar de gestionar la salida de las tropas de EEUU de Afganistán de la mejor manera posible.
"En nombre de millones de miembros del servicio, veteranos, supervivientes, familias de militares y organizaciones estadounidenses dedicadas a servir a estas comunidades, solicitamos urgentemente una reunión con usted antes de la evacuación total del personal estadounidense en Afganistán para discutir el cumplimiento de nuestro compromiso con nuestros aliados afganos. Estamos agradecidos por su reciente anuncio de que las operaciones de evacuación continuarán más allá de la fecha límite original del 31 de agosto si es necesario, pero seguimos preocupados por el destino de nuestros socios en tiempos de guerra" empezaba la petición.
En la misma línea se han manifestado miles de veteranos estadounidenses, que han aprovechado la publicación de un post del blog oficial del Departamento de Veteranos para compartir su rabia, impotencia y condena hacia la actuación del Gobierno.
"Tengo 88 años, me retiré del Ejército después del combate como soldado de infantería en Corea en 1950/51, dos giras en Vietnam, herido dos veces, una con una unidad estadounidense y otra como asesor con un batallón vietnamita. En cuanto a por qué los afganos se desmoronaron tan rápido, siento que a los asesores en Afganistán se les dijo lo mismo que a nosotros en Vietnam: "NO HAY INFORMES NEGATIVOS" sobre su capacidad de lucha. Seguro que los informes mostraban grandes avances, sin embargo, todos los que estábamos sobre el terreno sabíamos que no era así.”
"Mi problema no es que nos vayamos, sino cómo nos vamos. No se trataba de una retirada ordenada, ni de una reducción sincronizada. Esta fue una carrera loca por la salida, una derrota militar de proporciones épicas, porque nuestro comandante en jefe tambaleante eligió una fecha arbitraria y exigió que estuviéramos fuera para entonces. Ahora los talibanes han resurgido y están confiados, con un mayor control de Afganistán que en 2001, y les hemos dado el último equipo militar necesario para una fuerza de infantería ligera. ¡Gran trabajo! Seguro que les hemos demostrado algo ¿eh?" Se pregunta irónico un marine 'incrustado' en las tropas afganas en 2008.
N.S., veterano del Ejercito del Aire que luchó en Irak y prefiere mantener el anonimato, comparte con EL ESPAÑOL su preocupación por las misiones militares estadounidenses. "Sinceramente, creo que [esta salida de Afganistán] pone en entredicho operaciones futuras, porque ¿quién nos va a creer a partir de ahora?"
Popularidad bajo mínimos
Lo cierto es que desde 2001, el número de estadounidenses críticos con la misión de su Ejército en Afganistán ha ido en aumento. Así lo confirman las encuestas al respecto de Gallup: en julio, el 47% de los ciudadanos encuestados consideraba que la guerra en Afganistán fue un "error".
Otra encuesta de Morning Consult realizada durante el pasado fin de semana indica además que sólo uno de cada cuatro votantes estadounidenses pensaba que la retirada del territorio afgano "iba bien" mientras que apenas la mitad dijo que apoyaba la retirada (20 puntos menos que cuando se hizo la misma pregunta por primera vez en abril).
De hecho, los índices de aprobación del trabajo que ha hecho Biden desde su llegada a la Casa Blanca han caído en picado a raíz de su gestión de la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán.
Una encuesta de NBC News realizada entre el 14 y el 17 de agosto muestra que el 49% de los encuestados dicen que aprueban firmemente el trabajo de Biden como presidente, mientras que el 48% lo desaprueba.
Ese 49% representa una caída de cuatro puntos porcentuales en comparación con la última encuesta (abril) de NBC News. Sólo el 25% señala que aprueba la forma en que lidia con la crisis. En concreto, el índice de desaprobación de la actuación del presidente aumentó en nueve puntos porcentuales con respecto a la encuesta anterior.
Peor que Vietnam
EEUU ha luchado las dos guerras motivadas por los ataques del 11-S con un Ejército totalmente voluntario, lo que significa que más de la mitad de los 2,8 millones de efectivos desplegados en Afganistán o Irak finalizaron al menos dos rotaciones sobre el terreno, según datos del proyecto Costs of War de la Universidad de Brown.
Entre otras consecuencias, este alto nivel de servicio ha causado un aumento significativo de la tasa de discapacidad entre los veteranos. En concreto, la guerra en Afganistán ha dejado más del doble de veteranos con discapacidad de los que generó el conflicto armado en Vietnam, apunta Linda Bilmes, profesora de Políticas Públicas en Harvard.
Para darles servicios y cuidados a medida que envejecen, Bilmes calcula que EEUU gastará más de 2.000 millones de dólares en los próximos 30–40 años. A esta partida de gasto hay que sumarle 1.000 millones de dólares en costes relacionados con la guerra en Afganistán del Pentágono y del Departamento de Estado.
El propio Biden ha hecho comparaciones con frecuencia entre las guerras de Afganistán y la de Vietnam. El lunes, prometió no pedir a los militares estadounidenses que "arriesguen sus vidas en una acción militar que debería haber terminado hace mucho tiempo". "Nuestros líderes hicieron eso en Vietnam cuando llegué aquí cuando era joven", agregó. "No lo haré en Afganistán".
"No vengas a Nueva York"
Mientras, cerca de 2.000 estadounidenses afectados directamente por los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 han exigido a Biden en otra misiva que mantenga su promesa de desclasificar los documentos secretos del Gobierno que demostrarían la vinculación de los saudíes con los ataques terroristas. Y en caso contrario, le piden que se abstenga de participar en cualquier evento conmemorativo del vigésimo aniversario del 11-S. Varios veteranos del Ejercito y de la Marina han firmado la petición.
El grupo de familiares y víctimas que firma dicha demanda argumenta que en su campaña para lograr la presidencia del país, Biden se comprometió a ser más transparente y a divulgar la mayor cantidad de información posible, pero que desde entonces su administración ha ignorado sus cartas y solicitudes.
"No podemos, de buena fe y con veneración a los perdidos, enfermos y heridos, dar la bienvenida al presidente a nuestros terrenos sagrados hasta que cumpla con su compromiso", reza su comunicado. El mismo mensaje recuerda que "desde la conclusión de la Comisión del 11-S en 2004, se han descubierto muchas pruebas de investigación que implican a funcionarios del Gobierno saudí en el apoyo a los ataques". Y acusa a las instituciones de seguridad y justicia del país de querer ocultar los resultados de sus pesquisas.
"A través de múltiples administraciones, el Departamento de Justicia y el FBI han buscado activamente mantener esta información en secreto y evitar que el pueblo estadounidense sepa toda la verdad sobre los ataques del 11 de septiembre".
Entre los documentos solicitados por este grupo se encuentran las pruebas de apoyo de 2016 encontradas durante una investigación del FBI sobre los ataques que examinaron presuntos vínculos con Arabia Saudi.
Brett Eagleson, cuyo padre, Bruce, murió en el World Trade Center, resume así el sentir general de los firmantes: "Teníamos grandes esperanzas de que el presidente Biden, quien hizo campaña por devolver la honestidad y la confianza al Despacho Oval, valorara las vidas y los sacrificios de los ciudadanos estadounidenses sobre las relaciones diplomáticas con un país acusado de cometer un asesinato en masa. Ahora, 20 años después, cuando más los necesitamos, están echando sal en una herida abierta y no nos entregan los documentos", explica Eagleson en una entrevista con la CNBC.
Por su parte, un portavoz de la Casa Blanca dijo que su Oficina de Participación Pública y el personal del Consejo de Seguridad Nacional se han reunido con los familiares de las víctimas del 11 de septiembre para discutir sus solicitudes y "escuchar sus opiniones sobre las prioridades políticas". "Esperamos poder compartir en los próximos días las acciones que estamos llevando a cabo para asegurar una mayor transparencia, al amparo de la ley", agregó.
Pero parece difícil, con tan poco tiempo por delante, que la Casa Blanca pueda contentar a toda esta gente.
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