Una familia afgana que huyó de Kabul cuando la capital fue tomada por los talibanes en agosto y encontró refugio en Estados Unidos volvió a perderlo todo cuando un tornado destruyó su casa en Bowling Green, en el estado de Kentucky.
La historia de los Rahmaty la relata hoy el diario New York Times, que entrevista a Sodaba, una joven que explica que la familia, que había llegado a Bowling Green tras un azaroso viaje entre Kabul, Doha, Alemania y finalmente un campamento provisional en Virginia (Estados Unidos) donde permanecieron tres meses hasta que les asignaron una vivienda definitiva.
Los Rahmaty son parte de un grupo de 200 afganos establecidos en Bowling Green dentro de un programa de acogida de refugiados aplicado en varios estados, pero ellos solo llevaban tres semanas viviendo en esa localidad que resultó entre las más afectadas por el tornado del 11 de diciembre.
Sodaba Rahmaty recuerda primero sus días felices en Kabul, donde trabajaba en una oficina, y el pánico de su salida, pero también el alivio de haber llegado a un lugar como Bowling Green, "lindo, organizado y tranquilo, donde íbamos a tener un buen futuro por delante" y donde la seguridad estaba garantizada.
El día en que llegó el tornado, recibió un mensaje de alarma en su teléfono celular y tuvieron que salir de su vivienda a toda prisa, a tiempo de evitar ser golpeados por el vendaval, que mató a 16 personas en ese lugar.
Solo cuatro meses de huir de Kabul, la familia Rahmaty se encuentra sin nada, residiendo temporalmente en un hostal: "De nuevo estamos desplazados, las cosas no están claras para nosotros", se lamenta, pero aún saca fuerzas para declarar: "Estoy feliz por estar viva y esperanzada en un porvenir mejor".
Los tornados, que están entre los más mortíferos nunca registrados en estas zonas del centro de Estados Unidos, dejaron un saldo de 74 muertos solo en el estado de Kentucky y 14 más en otros estados vecinos.