El Departamento de Justicia ha imputado a un miembro de la Guardia Islámica Revolucionaria de Irán por su conexión con una trama para asesinar al exasesor de seguridad de Trump, John Bolton, acusándole de intentar pagar 300.000 dólares a unos tipos para que mataran a Bolton en Washington o en Maryland.
El sospechoso, Shahram Poursafi (45 años), está prófugo en el extranjero, según el Departamento de Justicia. Si es declarado culpable se enfrenta hasta a 10 años de prisión y a una multa de hasta 250.000 dólares por utilizar instalaciones de comercio interestatal para contratar a un asesino a sueldo. Y hasta a 15 años de prisión y una multa de hasta 250.000 dólares por proporcionar e intentar facilitar material en una trama de asesinato internacional, según informa el diario The Washington Post.
Los funcionarios federales han indicado al citado periódico que el intento de asesinato de Bolton podría ser una represalia por el asesinato de Qasem Soleimani en enero de 2020 por parte de EEUU. Soleimani, que fue asesinado con un dron en Bagdad, era un alto comandante de la Guardia Revolucionaria.
Bolton trabajó como asesor de seguridad nacional para Trump durante 17 meses y presentó su dimisión en 2019 después de que se informara de desavenencias con el presidente sobre si era o no una buena estrategia imponer sanciones a Irán para usarlas como herramienta de negociación.
Bolton, que no era partidario de levantar las sanciones, está considerado como el arquitecto de la Administración Trump de la campaña de "máxima presión" de imponer sanciones económicas cada vez mayores y amenazas de represalias por el supuesto apoyo de Irán al terrorismo. La idea era paralizar la economía de Irán con el objetivo de que sus líderes se sintieran obligados a entrar en las negociaciones nucleares y de armamento militar.
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Bolton defendía la mano dura con Corea del Norte y se le ha acusó en su momento de torpedear las negociaciones. En lo que respecta a Irán, dejó entrever en varias ocasiones la posibilidad de acciones directas contra Teherán.
Antes de entrar al Gobierno de Trump, Bolton ya era una figura polémica en Washington, ya que en 2006 tuvo que abandonar su cargo de embajador estadounidense ante la ONU después de apenas 14 meses, debido a la negativa del Senado a confirmarle definitivamente para ocupar el puesto. Bolton fue, además, uno de los promotores del falso argumento sobre las armas de destrucción masiva que llevó a la invasión de Irak en 2003.
Pero el combativo exdiplomático, que ha sido comentarista frecuente en la cadena de televisión favorita de Trump, Fox News, logró finalmente en marzo de 2018 ponerse al frente del Consejo de Seguridad Nacional, el órgano de la Casa Blanca encargado de centralizar la política exterior y de seguridad de EEUU y asesorar al presidente al respecto.
Curiosamente, el rasgo físico más distintivo de Bolton, su poblado bigote blanco, fue también el que retrasó supuestamente su entrada en el Gobierno de Trump: según informaciones de prensa, al entonces presidente de EEUU no le gustaba el vello facial, y ese fue un factor importante a la hora de descartarle en anteriores ocasiones como posible secretario de Estado.