El director de la CIA, William Burns, viajó a Ucrania para abordar en primera persona la cooperación con Ucrania para tratar de derrotar a Rusia. Se sabe que la visita fue este mes y que Burns se vio con el presidente del país, Volodímir Zelenski, y con altos mandos de inteligencia.
La ayuda material de Washington a Kiev y la buena sintonía entre los funcionarios de ambos países en el intercambio de información han sido fundamentales para el desarrollo del conflicto, que este jueves cumple 246 días.
Burns ya realizó este viaje días antes del inicio de la invasión, el 24 de febrero -se desconoce si ha habido alguno más hasta el conocido ahora- y en aquél momento el director de la CIA advirtió a Zelenski de la necesidad de reforzar las defensas. Estados Unidos ha sido clave para que Ucrania fuera consciente de sus debilidades, además de las del enemigo, que desde hace semanas acumula derrotas en el campo de batalla.
Momentos de tensión
Cuentan los principales diarios estadounidenses que la relación Estados Unidos-Ucrania, si bien estrecha y cordial, ha pasado también por algún momento de tensión, por ejemplo por ataques ucranianos en territorio ruso o en Crimea, caso de la voladura del puente de Kerch.
Desde Moscú, Vladímir Putin trata de asentar la idea de que Estados Unidos se está aprovechando de Ucrania, que, según él, "ha perdido su soberanía de facto y es gobernada directamente" desde la Casa Blanca, "que la usa como ariete contra Rusia". Según Putin, Washington ha convertido Ucrania en un "polígono para experimentos biológicos y militares".
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Para el Pentágono, según se recoge en la Estrategia de Seguridad Nacional 2022, Rusia supone "una amenaza inmediata y persistente para la paz y estabilidad" y el "imperialista" Putin es además autor de "flagrantes intentos de socavar procesos democráticos en países de Europa, Asia Central y de todo el mundo".