Un nuevo clavo en la tumba de Donald Trump, pero es Donald Trump. Su potencial vicepresidenta, la expresentadora Kari Lake, ha perdido en Arizona, que aspiraba a gobernar. Trump anuncia este martes su precandidatura a la Presidencia de Estados Unidos en un escenario muy diferente al que proyectaba hace siete días, antes de las midterms, cuando dirigía la atención a este 15 de noviembre: haría un "gran anuncio" desde su residencia en Florida, en Mar-a-Lago.
Las elecciones legislativas favorecen tradicionalmente al partido en la oposición. A esto hay que añadir que la mayor parte de republicanos en liza abraza el trumpismo, que significa en primer término negar la victoria de Joe Biden en 2020. Si se suman los sondeos, que favorecían a los conservadores, se entiende la euforia de Trump hace esos siete días, cuando veía en los comicios una pista de despegue hacia su regreso a la Casa Blanca. Lejos de esto, ahora es el 'padre' del peor resultado en 20 años.
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Trump, herido, sabe además que no puede centrarse aún en la carrera por el poder. Hay una piedra en su camino que se llama Ron DeSantis, reelegido como gobernador de Florida y la esperanza para quienes votan rojo pero prefieren desembarazarse de Trump. "Solo he empezado", ha advertido DeSantis, dispuesto a disputar al magnate la candidatura republicana a la Presidencia. Y Trump, a su estilo, ya le ha amenazado: revelará información sobre él que "solo su mujer conoce".
Desoye a sus asesores
El expresidente está nervioso y ya antes de desvelar esos secretos que asegura conocer de DeSantis, ha arremetido contra su compañero de filas llamándole "mojigato" y "desleal". Le considera un "gobernador promedio" al que solo le reconoce como virtud sus "excelentes dotes para las relaciones públicas", algo con lo que, desliza, esconde un discurso vacío.
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Según The Washington Post, influyentes conservadores culpan a Trump de los resultados, seguros de que se han perdido numerosos escaños "perfectamente ganables" por el hecho de haber presentado para ocuparlos a perfiles excéntricos y "de baja calidad". Cuenta este medio que los asesores de Trump le han presionado para que no sea este martes cuando anuncie su precandidatura. Pero también le habían aconsejado que no atacara a DeSantis.
Ha iniciado una guerra y no solo contra DeSantis. Estos asesores le dicen que corre el riesgo de ser visto como el pasado y como un hombre enfurecido y resentido, incapaz de construir, frente a un político joven, ganador y sin miedo de medirse al mismísimo Trump, que salvo noticia de última hora sigue adelante, empeñado en un segundo mandato si, además de todo, antes no es inhabilitado por los graves y numerosos delitos que se le imputan.