Con un tono más comedido que de costumbre y arropado por sus incondicionales en su club privado en Palm Beach, Donald Trump anunció este martes su intención de presentarse a las elecciones presidenciales dentro de dos años "para hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande y glorioso".
Poco más de media hora antes que hablara ante familiares, amigos y simpatizantes en su residencia de Mar-a-Lago -la misma que registró el FBI hace un par de meses y en la que encontró centenares de documentos clasificados-, su equipo presentaba la documentación oficial con la candidatura de "Donald J. Trump para presidente 2024" ante la Comisión Federal de Elecciones.
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"Me postulo porque creo que el mundo aún no ha visto la verdadera gloria de lo que puede ser esta nación. No hemos alcanzado ese pináculo, aunque no os lo creáis", explicó Trump. Envalentonado, el expresidente aseguró que hace dos años, cuando dejó el cargo, "Estados Unidos estaba listo para su época dorada". "Ahora -ha añadido-, mirad lo que está sucediendo".
Si algo llamó la atención durante su alocución fue su enfoque internacional, que nunca le ha atraído especialmente. "Mis oponentes me hicieron parecer un belicista, pero el mundo estaba en paz. Estados Unidos estaba prosperando y nuestro país estaba encaminado hacia un futuro asombroso". Trump presumió de que durante su mandato "las fronteras estuvieron más seguras que nunca" y el país no sufrió ningún atentado.
"De hecho -continuó-, nos llevamos estupendamente con muchos países… Acordaos de los Acuerdos de Abraham, una cosa maravillosa". Mención especial merece su versión de la "relación de trabajo" que según él mantuvo con el presidente de Corea del Norte, Kim Jong-un: "Nos vino francamente bien".
A continuación, se embarcó en una autocomplaciente enumeración de sus logros, aderezada con hipérboles, medias verdades y ataques contra el actual ejecutivo. De ahí saltó a describir cómo su campaña "uniría a la gente" para a continuación acusar a su sucesor en la Casa Blanca de "llevar al borde de la guerra nuclear" y calificar la retirada de Afganistán como "el momento más vergonzoso en la historia de Estados Unidos". "Ucrania nunca habría sucedido si yo fuera vuestro presidente", añadió.
Tras criticar a Joe Biden por el "estado lamentable" que según él atraviesa la nación y atribuirle la "destrucción de la economía", continuó su discurso asegurando: "Podemos llegar muy lejos. Vamos a tener que llegar lejos. Tenemos que salir de esta zanja. Y una vez que salgamos, veréis cosas que nadie imaginó para ningún país".
"Washington quiere silenciarnos"
El anuncio de Trump llega una semana después de que los estadounidenses acudieran a las urnas para votar en las llamadas elecciones intermedias, una cita electoral que ha puesto de manifiesto las grietas del partido republicano y en la que la 'marea roja' vaticinada por Trump ha brillado por su ausencia. De hecho, las tensiones entre los conservadores son cada vez más aparentes y varios de los pesos pesados del partido mostraron su desaprobación respecto al anuncio del expresidente, afeándole que presentara su candidatura cuando aún no ha finalizado el recuento de votos.
Trump, en su línea, hizo oídos sordos y siguió adelante con una promesa a los seguidores de MAGA: "Tal y como prometí en 2016, soy vuestra voz. El establishment de Washington quiere silenciarnos, pero no dejaremos que lo hagan. Lo que hemos construido juntos en los últimos seis años es el movimiento más grande en la historia porque no se trata de política. Se trata de nuestro amor por este gran país, Estados Unidos, y no vamos a dejar que fracase".
Para alivio de sus asesores y allegados, que le han aconsejado en numerosas ocasiones que pase página y centre su campaña en el futuro, el expresidente dedicó una mínima parte de los sesenta minutos que duró su intervención a amplificar sus teorías de la conspiración habituales. Prefirió centrarse en denunciar el uso de papeletas de papel y comparó el sistema electoral de Estados Unidos con el de los "países del tercer mundo", además de quejarse de la "corrupción masiva" y los "intereses creados" que, en su opinión, han consumido a Washington.
DeSantis y Pence contra Trump
Destacados negacionistas electorales como el director ejecutivo de My Pillow, Mike Lindell, varios de los abogados de Trump, su asesor y confidente Roger Stone; la representante saliente de Carolina del Norte, Madison Cawthorn; el excongresista y actual director ejecutivo de la red social de Trump (Truth Social), Devin Nunes; y su principal asesora política, Susie Wile, quisieron arropar al expresidente durante la presentación de su candidatura. Fue notable la ausencia de sus hijos Donald Junior e Ivanka, especialmente porque sus respectivas parejas, Kimberly Guilfoyle y Jared Kushner sí que acompañaron a su suegro en tan señalada ocasión.
Mientras, dos viejos aliados del expresidente, el gobernador de Florida y estrella en alza del partido republicano, Ron DeSantis, y el exvicepresidente Mike Pence dejaron caer que están planteándose presentarse a las elecciones dentro de dos años.
DeSantis prefirió no hacer comentarios sobre la candidatura de Trump ni referirse a él directamente, ni siquiera cuando le preguntaron sobre el anuncio de su antiguo mentor. El gobernador de Florida recordó los "resultados electorales de otros" en su partido, en una velada alusión al descalabro sufrido por los candidatos republicanos a los que ha apoyado Trump en estados como Nevada o Pensilvania.
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Según fuentes citadas por Fox News, DeSantis fue recibido "como un héroe" el martes por la noche, cuando se dirigió a una audiencia de destacados republicanos durante la reunión que celebró la Asociación de Gobernadores Republicanos en Orlando, minutos antes de que Trump anunciara su candidatura.
Por su parte, Pence rompió su silencio este lunes durante una entrevista con la cadena de noticias ABC, en la que reveló que está considerando presentarse como candidato a la presidencia en 2024. "Creo que tendremos mejores opciones en el futuro. La gente en este país se lleva bastante bien una vez que sales de la política", dijo el antiguo 'número dos' de Trump en la Casa Blanca. "Creo que quieren ver que su líder nacional comience a reflejar lo mismo, esa misma compasión y generosidad de espíritu", añadió el político conservador.
Antes del mitin de Trump, el representante estadounidense por Maryland Jamie Raskin compartió su opinión con CNN sobre cómo el dominio del expresidente sobre el Partido Republicano "ha comenzado a disolverse". "Todavía tiene cierto control de culto sobre algunos en el Partido Republicano", apuntó Raskin.
El congresista demócrata, miembro del Comité de investigación del 6 de enero, agregó que Trump podría enfrentarse a problemas legales "serios" en relación con el asalto al Capitolio y sus intentos de manipulación de las elecciones, advirtiéndole al expresidente que "presentarse como candidato no lo protegerá de ser procesado".