La ciudad de Nueva York ha dejado este miércoles estampas fantasmagóricas por la contaminación causada por los cientos de incendios que asolan desde hace varios días la vecina Canadá y cuyos restos, pavesas y columnas de humo han sido arrastrados por el viento a lo largo de más de 1.500 kilómetros hasta cubrir la Gran Manzana.
Times Square estaba bañado por una luz naranja, el sol parecía la pegatina de un círculo amarillo que apenas iluminaba entre la densa nube de humo que comenzó a envolver la ciudad sobre todo a partir de las 12.00 hora local.
Los edificios de la ciudad vistos desde Central Park parecían los mástiles de un barco fantasma. La ciudad olía a madera quemada, a incendio. Muchas farolas se encendieron automáticamente ante la oscuridad que invadió el ambiente en el momento más crítico.
Las mascarillas para protegerse de las partículas contaminantes volvieron a ocupar las aceras de la Gran Manzana, como no se veía en muchos meses, y numerosos centros públicos, como colegios e institutos, cancelaron sus actividades exteriores y suspendieron cualquier acto al aire libre.
Contaminación no vista en 50 años
El comisionado de Sanidad de Nueva York, Ashwin Vasan, ha asegurado que Nueva York está registrando sus mayores índices de contaminación del aire desde la década de 1960.
Vasan advirtió que las partículas finas suspendidas "pueden penetrar en los pulmones de las personas, provocar inflamaciones y empeorar afecciones como el asma, las enfermedades pulmonares crónicas o las cardiopatías subyacentes".
El comisionado de Salud, que advirtió de que la situación se puede prolongar varios días, pidió a los neoyorquinos que eviten salir a la calle "excepto si es absolutamente necesario" y recomendó el uso de mascarillas como la N95 para quienes tengan que realizar actividades en el exterior.
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"El humo procedente de los actuales incendios forestales a lo largo de la frontera canadiense ha afectado significativamente a la calidad del aire aquí en Nueva York y en todo el noreste de Estados Unidos (EEUU)", subrayó, por su parte el comisionado de gestión de emergencias de la ciudad, Zachary Iscol.
Alerta hasta el fin de semana
Iscol reiteró que se espera que la alerta medioambiental continúe activa "los próximos días" y advirtió de que la presencia de humo en el aire es "muy difícil de prever".
"Ayer, los neoyorquinos vieron y olieron algo que nunca antes nos había impactado a esta escala", dijo por su parte el alcalde Eric Adams, haciendo referencia a que la nube de contaminación se hizo claramente presente la tarde del martes.
Asimismo, con tono apocalíptico, el alcalde advirtió de que aunque es la primera vez que ocurre algo como esto en la ciudad, no será la última. "El cambio climático está acelerando estas situaciones. Debemos seguir reduciendo las emisiones, mejorar la calidad del aire y aumentar la resiliencia", subrayó.
Nueva York no es el único estado que se ha visto afectado en EEUU por los incendios; de hecho, los residentes de más de cinco estados se despertaron en medio de una bruma ocasionada por el humo, que ha llevado a las autoridades a alertar a los ciudadanos por las "peligrosas" condiciones del aire y a pedir que se limiten las actividades al aire libre.
En Canadá, el humo generado por los 400 incendios forestales que están activos en su territorio hizo sonar este miércoles las alarmas en Toronto, la mayor ciudad del país, donde la calidad del aire empeoró en la noche del martes y pasó de riesgo moderado a "elevado".
Con esos niveles, las autoridades sanitarias canadienses también han recomendado abstenerse de pasar tiempo el aire libre y estiman que las malas condiciones se mantendrán al menos hasta el fin de semana, cuando se prevé la llegada de un frente de bajas presiones que renovará el aire.