Merrick Garland, el fiscal general de los Estados Unidos, reveló en una conferencia de prensa este viernes los resultados de una exhaustiva investigación llevada a cabo por el Departamento de Justicia sobre la Policía de Mineápolis. Se encontraron múltiples infracciones de leyes federales y constitucionales, como el uso excesivo de la fuerza, prácticas discriminatorias contra personas afroamericanas y nativas americanas, maltrato hacia personas con problemas mentales y violaciones del derecho a la libre expresión.
La investigación comenzó hace dos años, justo un día después de que el oficial de policía Derek Chauvin fuera condenado por el asesinato de George Floyd, un hombre afroamericano de Mineápolis, en mayo de 2020. Chauvin había arrestado a Floyd por presuntamente intentar pagar un paquete de cigarrillos con un billete de 20 dólares falsificado. Durante el arresto, Chauvin mantuvo su rodilla apretando el cuello de Floyd durante más de nueve minutos, a pesar de que Floyd decía que no podía respirar. Esto resultó en la muerte del civil.
A pesar de que Chauvin fue condenado y encarcelado, el homicidio desencadenó meses de protestas masivas a nivel mundial y generó varias investigaciones para determinar si se trataba de un problema subyacente de la Policía de Mineápolis. Una de esas investigaciones fue la del Departamento de Justicia, que procuró "analizar más allá de los incidentes individuales y evaluar los fallos sistémicos". Este viernes, Garland fue a Mineápolis para finalmente anunciar los resultados.
Según explicó, la investigación determinó que el racismo y el prejuicio en las prácticas policiales habían sido parte de las dinámicas del cuerpo durante mucho tiempo y no se limitaban al incidente de George Floyd. Por ejemplo, el informe reveló que la policía detenía y usaba la fuerza seis veces más a menudo al tratar con personas afroamericanas o nativas americanas que con personas blancas. Además, se reportaron casos repetidos de maltrato a personas con problemas mentales.
Garland también señaló varios casos de uso excesivo de la fuerza encontrados en la investigación, que incluían el uso de pistolas eléctricas, restricciones en el cuello y el uso de fuerza letal en personas sospechosas de delitos menores o que no representaban una amenaza. El fiscal mencionó en su discurso el caso de una mujer desarmada a la que un policía de la ciudad disparó y asesinó en 2017. El oficial alegó que la mujer lo había "asustado" al acercarse a su vehículo, pero posteriormente se descubrió que ella simplemente estaba intentando denunciar un posible caso de agresión sexual en un callejón cercano.
La investigación ha motivado al Departamento de Justicia, la alcaldía y el Departamento de Policía de Mineápolis a acordar negociar un decreto de consentimiento que obligará a las autoridades a realizar cambios como establecer políticas más claras y programas de prevención de sesgos raciales entre las fuerzas del orden. En caso de no cumplir con la legislación, la Policía podría enfrentar consecuencias legales.
A pesar de saber que esta decisión no causará cambios inmediatos, muchos están celebrando la mayor supervisión como un primer paso importante para eliminar los prejuicios entre la policía. Según Michelle Gross, presidenta de la organización voluntaria Communities United Against Police Brutality, quien habló con CBS News Minnesota, "este es un proceso que durará varios años. Pero está bien, porque se necesita mucho tiempo para cambiar un comportamiento cultural. Y puede ser mucho trabajo, pero es un trabajo que vale la pena".