Hay una popular frase made in Spain que bien podría aplicarse al que fuera presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Y dicha frase no es otra que “no hay dos sin tres”. Nos referimos a las imputaciones que lleva a su cargo durante los últimos meses.
La primera fue por utilizar fondos de su campaña para silenciar a la actriz porno Stormy Daniels. La segunda, por mantener de manera intencionada documentos secretos acumulados durante su presidencia en su casa de Florida. Y, como no hay dos sin tres, la tercera por sus intentos de anular los resultados de las elecciones presidenciales de 2020. Una especie de ‘pistoletazo’ de salida que derivó en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
A este suma y sigue de imputaciones, el expresidente de EEUU ha reaccionado protestando y sacando músculo. Así, en su red Truth Social, se quejó diciendo que "¿Por qué no presentaron este ridículo caso hace dos años y medio? Lo querían justo en medio de mi campaña, ¡es eso!". Posteriormente, añadió que "nunca antes había recibido tanto apoyo. América es una nación en decadencia, pero la haremos grande de nuevo".
¿Puede Trump perdonarse a sí mismo si es presidente?
La pregunta que surge es qué pasaría si Donald Trump ganara las elecciones del 5 de diciembre de 2004. Dicho de otra manera, ¿podría perdonarse a sí mismo? Según The Guardian, si asume el puesto de presidente con los cargos aún pendientes en su contra, "es probable que actúe para deshacerse rápidamente de ellos".
Por tanto, uno de sus primeros movimientos podría ser el de nombrar a un fiscal a la par que despediría a Jack Smith, el fiscal especial que está tras las imputaciones al expresidente.
"Si ya ha sido condenado, Trump teóricamente podría perdonarse a sí mismo, una idea legal no probada", argumentan desde The Guardian. Una victoria que, asimismo, "arrojaría al departamento de justicia a un territorio legal desconocido", sostienen desde el medio británico.
Y matiza: "Si bien el departamento ha sostenido durante mucho tiempo que un presidente en ejercicio no puede ser enjuiciado, no está claro cómo afectaría eso al enjuiciamiento de un expresidente que comenzó cuando estaba fuera del cargo".
¿Por qué se le acusa a Trump?
Fue el pasado 2 de agosto cuando un gran jurado de Washington anunció que se acusaba formalmente a Donald Trump por una serie de delitos relacionados con su intento de anular el resultado de las elecciones de 2020. Uno de ellos, conspiración para defraudar a Estados Unidos. La pena máxima podría ser de cinco años de prisión.
Otros dos delitos son conspiración para obstruir un procedimiento judicial e intento de llevarlo a cabo. En este caso, ambos se traducen en una pena máxima de prisión de 20 años. Y, el último de los delitos, es conspiración contra derechos. La pena máxima es de 10 años de cárcel.
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Según argumentó el jurado, la meta que buscaba Donald Trump era “revertir los resultados legítimos de las elecciones de 2020 utilizando a conciencia consignas falsas de un fraude para obstruir la función del Gobierno federal de recolectar, contar y certificar los resultados”.
Asimismo, le acusa de esparcir “mentiras” cuando lanzó una serie de afirmaciones sobre el fraude electoral en 2020 y que él habría sido el ganador de dichas elecciones. Por último, el jurado también pone el foco en que Trump realizó supuestos esfuerzos para impugnar de forma legal el resultado de las elecciones a la par que usó métodos “ilegales” para que no se contaran votos emitidos legalmente.
¿Cuál es el futuro para Trump?
Las próximas elecciones en EEUU se celebrarán el martes 5 de noviembre de 2024. Será la edición número 60 en la que los ciudadanos elegirán a su presidente. ¿Podrá presentarse a las mismas Donald Trump si acaba siendo declarado culpable?
Conviene recordar que nunca antes un presidente había sido imputado, por lo que la situación es inédita a la par que plantea interrogantes. De lo que si está convencido Donald Trump es que la imputación tiene origen demócrata en un afán por manchar su imagen de cara a los comicios de 2024.
Pese a todo, el expresidente sí podrá presentarse a las elecciones porque no existe ninguna norma que le impida presentarse a las primarias republicanas, por un lado (ya lidera diferentes encuestas), ni a las elecciones presidenciales, por otro. Si es declarado culpable una vez ha ganado la nominación republicana, es casi seguro que apelará el caso hasta la Corte Suprema.
Al contrario que sucede con muchas democracias europeas (incluida la española), que prohíben a cualquier candidato presentarse a las elecciones o acceder al cargo de presidente si tiene una sentencia firme en su contra, en EEUU no es así.
Su Constitución, recordemos con más de dos siglos de historia, permite a un candidato dar el paso de presentarse a las elecciones. Pero va más allá: puede hacerlo si ha sido condenado e, incluso, si se encuentra en prisión.
De hecho, el texto sólo incluye un motivo por el cual un candidato tenga prohibido presentarse a las elecciones. Ese no es otro que la insurrección o la rebelión contra el país, según la enmienda 14 de la Constitución. Y, como ya se ha reseñado, no se trata de ninguna de las tres imputaciones que tiene Trump a sus espaldas. Por tanto, el camino lo tiene expedito.
Sin embargo, sí podría darse un hecho cuando menos curioso. Y es que si Trump es condenado antes del día de las elecciones, con toda probabilidad no podría votar. El expresidente debería depositar su voto en Florida, estado que prohíbe votar a cualquier persona condenada por un delito grave mientras cumple condena.