"¡No seáis tontos!": Trump ordena a los republicanos bloquear el "horrible" pacto migratorio de Biden

El nuevo acuerdo antiinmigración acordado el pasado domingo por las facciones moderadas de los dos partidos de Estados Unidos —demócratas y republicanos— ya tiene detractores. Por un lado, varios progresistas se han rebelado ante el gran proyecto de Joe Biden y han alzado la voz alegando que, de aprobarse, constituiría una de las leyes fronterizas más duras de la historia del país. Por otro lado, hay un enemigo acérrimo: el ala dura del Partido Republicano, empezando por el expresidente Donald Trump.

De cara a la votación del proyecto de ley este miércoles en el Senado, Trump ha convertido el revuelo en una oportunidad para sacar músculo y demostrar su influencia en la cámara alta pese a que los republicanos tienen minoría. El lunes por la tarde publicó un mensaje conciso en el que instaba a los senadores de su partido a rechazar el acuerdo: "Sólo un tonto o un demócrata de izquierda radical votarían a favor de este horrendo proyecto de ley de fronteras, que sólo da autoridad para cerrarlas después de 5.000 llegadas al día, cuando ya tenemos el derecho de cerrar la frontera ahora", escribió.

"Este proyecto de ley es un gran regalo para los demócratas, y un deseo de muerte para el Partido Republicano. Absuelve a los demócratas del horrible trabajo que han hecho en inmigración y fronteras, y pone todo sobre nuestros hombros. ¡No seáis tontos!", expresó en Truth Social, la plataforma que creó después de ser vetado de Twitter. El magnate también advirtió que el proyecto de ley es una artimaña de la "izquierda radical" para que los republicanos "asuman la culpa" de la gestión fronteriza de Biden, "justo a tiempo para nuestras elecciones más importantes de la historia. ¡No caigáis en la trampa!", exhortó a sus compañeros de partido.

Pero a Trump no le ha hecho falta presionar a los congresistas y senadores republicanos para que ellos rechacen el acuerdo bipartidista de seguridad fronteriza presentado el domingo. El lunes, antes de las publicaciones en Truth Social, el republicano Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, declaró el pacto "muerto a su llegada". "Este proyecto de ley es aún peor de lo que esperábamos y no se acercará a poner fin a a catástrofe fronteriza que el presidente ha creado", señaló en un comunicado publicado en X, antes conocida como Twitter.

De hecho, un grupo de senadores del ala dura de los republicanos denunció junto con Johnson que, de ser aprobada, la ley "incentivaría más inmigración ilegal", ya que "amplía las autorizaciones de trabajo para los extranjeros ilegales, mientras que no incluye reformas críticas de asilo". El martes por la tarde, el mismo bloque celebró una conferencia de prensa para mostrar su oposición al acuerdo migratorio.

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Los republicanos reclaman un proyecto de ley migratoria independiente a la ayuda exterior de Estados Unidos, que Biden incluye en su propuesta: 60.000 millones de dólares para Ucrania, 14.000 millones para Israel y 20.000 millones para seguridad fronteriza. Como dijo Trump: "¡[El proyecto] no debe estar vinculado a la ayuda exterior de ninguna manera o forma! Los demócratas rompieron la inmigración y la frontera. Deberían arreglarlo".

Biden contraataca

El presidente de EEUU salió a la defensa el martes por la tarde en un mensaje grabado en vídeo dirigido a los miembros del Congreso. En su discurso, Biden culpó a Trump del posible fracaso de un proyecto de ley de migración y de preferir sacar provecho político antes que ayudar al país: "Todo indica que el proyecto ni siquiera avanzará en el Senado. ¿Por qué? Por una razón sencilla: Donald Trump. Porque Donald Trump cree que es perjudicial para él políticamente, por lo tanto, no lo apoya, aunque beneficie al país. Prefiere utilizar este tema como un arma antes que resolverlo", manifestó Biden en un discurso en la Casa Blanca.

Biden insta al Congreso a aprobar la Ley de Asignaciones Suplementarias de Emergencia para la Seguridad Nacional, este martes. Reuters

Biden instó públicamente al Congreso a "mostrar algo de agallas" y no ceder a las presiones —que, según dijo, procedían de Donald Trump— para bloquear el proyecto de ley bipartidista sobre seguridad fronteriza presentado por los negociadores del Senado. Cone sta táctica, el presidente busca poner a prueba una estrategia de campaña: culpar a Trump para intentar cambiar la mentalidad de los estadounidenses. "Llevaré este asunto al país y los votantes van a saber que... justo en el momento en que vamos a asegurar la frontera y financiar estos otros programas Trump y los republicanos MAGA dijeron que no porque tienen miedo de Donald Trump", dijo el mandatario desde la Casa Blanca en su mensaje del martes.

Luchar por aprobar una medida de la envergadura de una reforma migratoria es una apuesta arriesgada por parte de Biden. Las elecciones presidenciales están a nueve meses, y las encuestas que muestran que la aprobación del presidente estadounidense se ha hundido hasta el 38% en enero, precisamente con su gestión de la seguridad fronteriza y la inmigración como primer motivo de su impopularidad.

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Durante su presidencia, Biden ha tenido que hacer frente a un número récord de inmigrantes atrapados cruzando ilegalmente la frontera entre Estados Unidos y México. Los republicanos sostienen que Biden debería haber mantenido las políticas restrictivas de Trump. En diciembre, las llegadas a la frontera superaron una media de 9.500 al día, según las estadísticas del Gobierno estadounidense, por lo que la propuesta del nuevo pacto migratorio de cerrar la frontera con México cada día que se agolpen más de 4.500 personas permitiría mantener el paso restringido si las cifras se mantienen así.

Las críticas a la gestión migratoria han llegado hasta el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas. Los republicanos exigían su cese y este martes se ha enfrentado a un impeachment (juicio político), del que, contra todo pronóstico, ha salido victorioso. Los republicanos culpan a Mayorkas de "la mala administración de nuestras leyes de inmigración en una escala cósmica".

Pretendían acusarle de "violación de la confianza pública" y "negativa sistemática y deliberada a cumplir con la ley" al no manejar adecuadamente la situación en la frontera entre Estados Unidos y México. Sin embargo, la votación en la Cámara Baja para aprobar el juicio terminó con 214 votos a favor -todos republicanos- y 216 en contra -todos los demócratas y 4 republicanos-.