David DePape, el hombre que irrumpió en la casa de Nancy Pelosi en San Francisco en 2022 y golpeó a su marido con un martillo, ha sido condenado a 30 años de prisión este viernes. Pelosi era en aquel momento presidenta de la Cámara de Representantes y la segunda en la línea de sucesión a la presidencia en el momento del ataque, lo que generó temores de violencia en mitad de las elecciones de medio mandato de 2022.
El agresor admitió en el estrado que había llevado a cabo el ataque, aunque afirmó que nunca tuvo la intención de herir a Paul Pelosi. DePape indicó que su intrusión en la casa de los Pelosi en el barrio de Pacific Heights era parte de un complot para secuestrar a la presidenta de la Cámara e interrogarla sobre una supuesta conspiración corrupta dirigida por Pelosi y otras figuras liberales prominentes.
Sin embargo, cuando entró en la casa de la pareja el 28 de octubre de 2022, DePape, un teórico de la conspiración de derecha, se encontró a Paul Pelosi, que tenía 82 años en aquel momento. DePape entró en su habitación con un martillo y bridas mientras preguntaba: “¿Dónde está Nancy? ¿Dónde está Nancy?”. Según informó en aquel momento la CNN, el agresor tenía la intención de atar a la víctima “hasta que Nancy llegara a casa”.
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Paul Pelosi fue capaz de llamar entonces a los servicios de emergencias tras haber convencido al agresor de que le dejara ir al baño, donde su teléfono se estaba cargando, antes de que DePape le agrediera y quedara inconsciente. El ataque le produjo una fractura craneal, por la que tuvo que ser operado. Además, sufrió varios hematomas, hinchazón severa y otras lesiones en el brazo y manos derechos.
DePape, que en el momento del ataque tenía 42 años, ha sido ahora condenado por dos delitos federales por un jurado: intento de secuestro de un funcionario federal y agresión a un familiar directo de un funcionario federal. La Fiscalía, según informa The New York Times, había pedido al tribunal que le impusiera la pena máxima de 40 años, aunque la defensa había pedido una pena de 14 años.
El agresor era un ciudadano canadiense que se trasladó a vivir a San Francisco a los 20 años y era una figura solitaria que realizaba trabajos ocasionales, según el diario neoyorquino. Su pareja durante esa época fue una conocida activista local que se llama Oxane Taub, con la que DePape tuvo dos hijos. Taub, también conocida como Gypsy, cumplió una condena en prisión por tratar de secuestrar a un niño de 14 años, entre otros delitos.
Tras separarse, DePape se distanció de sus hijos y se empezó aislarse cada vez más, sumergiéndose en teorías conspirativas como Pizzagate y QAnon y convirtiéndose en un firme partidario de Donald Trump. “Toda su vida adulta fue indeleblemente moldeada y distorsionada por una relación abusiva de larga duración que explotó sus vulnerabilidades innatas y lo sumergió en un mundo de creencias extremas donde la realidad no es la realidad", defendieron sus abogados durante el juicio.