Marian Robinson, la madre de la exprimera dama de EEUU, Michelle Obama, Marian Robinson, murió este viernes a los 86 años, según comunicó su familia a través de las redes sociales.
"Falleció en paz esta mañana y, ahora mismo, ninguno de nosotros sabe muy bien cómo exactamente podremos seguir adelante sin ella", lamentan los Obama en un mensaje en la web Medium.
Robinson, apodada cariñosamente como la "primera abuela", se mudó a la Casa Blanca durante los dos mandatos de Barack Obama, entre 2009 y 2017, para ayudar en el cuidado de sus nietas, Malia y Sasha Obama, y fue un "apoyo incondicional" a la familia presidencial.
"Accedió a mudarse a la Casa Blanca con Michelle y Barack. La necesitábamos. Las niñas la necesitaban. Y ella terminó siendo nuestra roca a través de todo," afirma el comunicado familiar, añadiendo que falleció "en paz" el viernes por la mañana.
"El único invitado que pidió conocer fue el Papa", recuerdan sus allegados en el comunicado. Un sueño que pudo cumplir en septiembre de 2015, cuando el Papa Francisco visitó Estados Unidos. Acompañada por sus nietas y por delante del entonces vicepresidente Joe Biden su esposa Jill, Robinson recibió a Bergoglio al pie del avión junto al matrimonio Obama.
"En esos ocho años, se hizo amiga de los mayordomos y la gente que hacía de la Casa Blanca un hogar", subrayan sus familiares en la nota.
El comunicado está firmado por sus dos hijos, Michelle y Craig, sus respectivas parejas y los hijos de estos, que describen a Robinson como una mujer sencilla, discreta y dedicada a los suyos.
Aunque se la apodaba como la "primera abuela", su hija Michelle la bautizó como "abuela en jefe" cuando en 2012 Robinson tomó la palabra para apoyar la campaña de reelección de su yerno Barack Obama.
Marcada por la desigualdad racial
Nacida en el sur de Chicago en 1937 y con seis hermanos, sus padres se separaron durante su adolescencia.
Robinson fue testigo desde su infancia de las desigualdades raciales en EEUU. A su padre no se le permitió unirse a un sindicato ni trabajar para grandes empresas de construcción por su color de su piel. Es por ello, que, según su familia, "desarrolló una desconfianza hacia un mundo que parecía no tener lugar para ella". Una percepción que cambió cuando su hija y yerno llegaron a la Casa Blanca.
Marian se casó en 1960 con Craig Robinson, un funcionario con el que compartió su vida hasta su muerte, en 1991, por esclerosis múltiple. Fruto de este matrimonio tuvo a sus dos hijos: Michelle y Craig.
Pese a mudarse a la Casa Blanca, la madre de Michelle mantuvo prácticamente su estilo de vida. Salvo el Papa, no se codeó con artistas, premios Nobel u otras celebridades que pisaron en aquellos años la residencia presidencial. Ella prefería quedarse en su dormitorio con su televisión y pasar tiempo con los ujieres y mayordomos, con los que tuvo una relación muy estrecha.
También solía escaparse de la Casa Blanca a los comercios cercanos, donde le gustaba comprar tarjetas de felicitación, siendo reconocida por algunos clientes que le señalaban su parecido con la madre de la primera dama.