Kimberly Cheatle, directora del Servicio Secreto de EEUU, este lunes en un comité de la Cámara de Representantes.

Kimberly Cheatle, directora del Servicio Secreto de EEUU, este lunes en un comité de la Cámara de Representantes. Efe

EEUU

La jefa del Servicio Secreto de EEUU reconoce que el ataque a Trump es su 'mayor fracaso en décadas'

Kimberly Cheatle, directora de la agencia de seguridad, ha asumido "toda la responsabilidad" en una comparecencia ante un comité de la Cámara de Representantes.

22 julio, 2024 16:54

La directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, ha admitido este lunes ante el Congreso que ella y su agencia fracasaron el sábado 13 de julio, cuando un presunto asesino hirió al candidato presidencial republicano Donald Trump en un acto de campaña en Pensilvania. "Fracasamos. Como directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, asumo toda la responsabilidad por cualquier fallo de seguridad", ha dicho Cheatle, que se enfrenta a las peticiones republicanas para su destitución, en un testimonio ante el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes.

"El intento de asesinato del expresidente Donald Trump el pasado 13 de julio es el fallo operativo más significativo del Servicio Secreto en décadas", ha reconocido Cheatle. Frente a las afirmaciones republicanas de que el Servicio Secreto negó recursos para proteger a Trump, la directora del Servicio Secreto ha asegurado que la seguridad había aumentado antes del tiroteo. "El nivel de seguridad proporcionado para el expresidente aumentó mucho antes de la campaña y ha ido en constante aumento a medida que evolucionan las amenazas. Nuestra misión no es política. Es literalmente una cuestión de vida o muerte", ha añadido Cheatle.

La audiencia del lunes ha marcado la primera ronda de supervisión del intento de asesinato por parte del Congreso. El miércoles, el director del FBI, Christopher Wray, comparecerá ante el Comité Judicial de la Cámara de Representantes. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, también tiene previsto presentar un grupo de trabajo bipartidista que sirva de nexo de unión para las investigaciones de la Cámara.

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Cheatle se ha resistido a las peticiones de dimisión de altos cargos republicanos, como Johnson y el líder de la minoría en el Senado, Mitch McConnell. El republicano James Comer, del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, se hizo eco de esos llamamientos en la audiencia. "Creo firmemente, directora Cheatle, que debería dimitir", le dijo el republicano de Kentucky. "El Servicio Secreto tiene miles de empleados y un presupuesto importante. Pero ahora se ha convertido en el rostro de la incompetencia". El representante demócrata Gerry Connolly declaró: "Incidentes inaceptables como éste ponen de manifiesto que somos una nación cada vez más polarizada que experimenta tensiones políticas exacerbadas".

Balazo "por la la democracia"

Este domingo, Trump consideró en un discurso de campaña que el balazo que recibió la semana pasada fue "en nombre de la democracia". El tiroteo, que hirió a Trump en una oreja, mató a un asistente al mitin e hirió a otro. El presunto autor de los disparos, Thomas Crooks, de 20 años y auxiliar de enfermería, fue abatido por las fuerzas del orden. No está claro cuál fue el motivo del tiroteo. El incidente ha enfurecido a los legisladores, que afirman que el sospechoso pudo ponerse a tiro de Trump en la azotea de un edificio cercano debido a fallos de seguridad de la agencia de Cheatle, encargada de proteger a presidentes y expresidentes.

El Comité Judicial de la Cámara de Representantes dijo la semana pasada que tiene pruebas de que el Servicio Secreto no contaba con los recursos adecuados para el mitin de Trump, debido a la escasez de personal creada por un acto de campaña rival en Pittsburgh con Jill Biden y una cumbre de la OTAN celebrada días antes en Washington.

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Cheatle dijo a los legisladores que la agencia de la primera dama protege diariamente a 36 personas, así como a los líderes mundiales que visitan Estados Unidos, incluido el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que tiene previsto dirigirse a una sesión conjunta del Congreso esta semana.