Agencias

El expresidente de Estados Unidos y candidato republicano, Donald Trump, elogió este lunes el "excelente trabajo" desempeñado por el Servicio Secreto al capturar al sospechoso de un segundo intento de asesinato en su contra.

Durante una conversación en la red social X con el gurú de las criptomonedas Farokh Sarmad, el magnate neoyorquino dio detalles sobre el presunto intento de magnicidio que sufrió el domingo en un campo de golf en West Palm Beach (Florida).

"Fue algo bastante complicado pero salió bien. El Servicio Secreto hizo un excelente trabajo, y tienen al hombre tras las rejas, y esperemos que esté allí por mucho tiempo", explicó Trump.

Según relató, se encontraba jugando al golf con amigos cuando se escucharon disparos y el Servicio Secreto lo evacuó rápidamente.

El republicano aplaudió también la colaboración de una persona que vio al sospechoso huir y que fotografió la matrícula de su vehículo, lo que facilitó que las autoridades pudieran localizarlo y arrestarlo.

"Lo atraparon tras una persecución a gran velocidad. Fue increíble. El Servicio Secreto hizo un gran trabajo. Y puedo decir honestamente que la oficina del sheriff, las fuerzas del orden, todos realmente hicieron un gran trabajo. Estoy muy contento por eso", agregó.

Asimismo, Trump agradeció la llamada que recibió este lunes del presidente de Estados Unidos (EEUU), Joe Biden, para preocuparse por su situación y analizar un posible refuerzo de su seguridad.

"Fue muy amable al llamar para asegurarse de que estoy bien", dijo el republicano.

Ryan Wesley Routh, de 58 años, fue arrestado la tarde del domingo en West Palm Beach después de que se aproximara armado con un rifle AK-47 con mira telescópica al campo de golf en el que estaba jugando el exmandatario.

Tras ser detectado por el Servicio Secreto, que le disparó, el hombre logró huir en un vehículo, aunque fue detenido poco después en una carretera cercana.

Se trata del segundo intento de asesinato contra Trump en lo que va de campaña electoral, tras el que sufrió en julio pasado, cuando un hombre le disparó durante un mitin en Butler (Pensilvania), un error en la protección del exmandatario que derivó en la dimisión de la entonces directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle.