La candidata demócrata, Kamala Harris, en un mitin de campaña en Madison, Wisconsin.

La candidata demócrata, Kamala Harris, en un mitin de campaña en Madison, Wisconsin. Vincent Alban Reuters

EEUU LA CUENTA ATRÁS

Wisconsin y Michigan: por qué la llave a la Casa Blanca para Kamala y Trump está en el norte de Estados Unidos

Nueva York
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Para algunos es el “cinturón de óxido” (rust belt), por su pasado industrial en decadencia; para otros el “blue wall”, por su tradición de voto demócrata hasta la victoria de Donald Trump en 2016; y para todos “la llave de la Casa Blanca”, por su peso en el reparto del Colegio Electoral que decide al presidente de Estados Unidos. Hay infinidad de apodos para referirse a la dupla que conforman Michigan y Wisconsin, los dos estados que decidieron al ganador de los comicios de 2020 y 2016 por la mínima y que la próxima noche del 5 de noviembre tendrán el poder, de nuevo, de decantar la presidencia de la primera potencia del mundo.

De los 93 delegados electorales que reparten los siete estados bisagra de estos comicios (Nevada, Arizona, Michigan, Wisconsin, Pensilvania, Carolina del Norte y Georgia), a Kamala Haris le bastaría con ganar Wisconsin y Michigan para quedar a 19 de los 270 que garantizarían su victoria. Trump, por su parte, necesitaría otros 26 delegados más si consiguiera confirmar su triunfo en ambos territorios, que reparten 10 (en el caso de Wisconsin) y 15 (en el caso de Michigan), un bien demasiado preciado que ningún candidato puede dejar escapar.

Ligera ventaja para Kamala

La media de encuestas a dos días del cierre de las urnas sitúa a Harris con una ventaja de un punto (48,2%-47,3%) en Wisconsin y de 0,8 décimas en Michigan (47,9%-47,1%), dentro del margen de error. Pero en las últimas 48 horas se han publicado una serie de sondeos que mejoran notablemente las expectativas de la candidata demócrata en ambos territorios.

El último estudio de Marist Poll, una de las encuestadoras más antiguas y respetadas de Estados Unidos, sitúa a Harris con una ventaja sobre Trump del 51%-48% en Michigan y del 50%-48% en Wisconsin, especialmente propulsada por los votantes independientes (aquellos que no están registrados en ningún partido político).

También la encuesta del Siena College para el New York Times concede a Harris una ventaja de 2 puntos sobre Trump en Wisconsin, aunque resultan empatados en Michigan, donde precisamente Biden ganó con más margen en 2020. Es decir, hay una ligera ventaja pero muy poco clara.

Epicentro de la campaña

Las campañas de ambos candidatos han desplegado muchos recursos en estos territorios porque su resultado fue sido ajustadísimo en los últimos comicios: En 2016, Trump ganó Wisconsin por menos de 23.000 votos y Michigan por algo más de 11.000 sufragios. Fue una ventaja muy escasa pero suficiente para derribar lo que muchos analistas llamaban hasta entonces el “muro azul” (Blue Wall), una serie de estados industrializados que habían votado al candidato demócrata en casi todas las elecciones presidenciales hasta entonces, otorgando importantes apoyos a Barack Obama durante sus dos mandatos.

Así, la victoria de Trump sorprendió al país pero sobre todo a esos territorios. Era más esperable verle ganar en territorios del sur, como Carolina del Norte o Georgia, que en Michigan o Wisconsin, sedes del movimiento sindical décadas atrás y próximas a metrópolis como Chicago, Detroit y Milwaukee.

Entonces, analistas y medios de comunicacion se lanzaron a tratar de entender quienes habían sido los votantes que habían dado la espalda al poder demócrata, encarnado por Hillary Clinton, y se habían lanzado a un rupturista republicano como Donald Trump. Dieron con un perfil que ha acompañado la demografía del “trumpismo” hasta hoy: el votante blanco de clase media y sin estudios universitarios que se siente desprotegido por la decadencia industrial de esta zona del país y añora tiempos pasados más boyantes. A ellos, el eslogan original del “Make America Great Again” (Haz EEUU grande de nuevo) les venía como anillo al dedo.

Por ello, el Partido Republicano no dudó en organizar su convención en Milwaukee para apelar de nuevo a este perfil de votantes que puede haberse desencantado tras el caótico final del mandato de Trump en 2020 y sus ramalazos autoritarios.

“La única manera de vender en EEUU es producir en EEUU, así de simple”, apeló Trump a todos ellos en su discurso, defendiendo sus propuestas económicas proteccionistas.

En verdad, un gran porcentaje de la campaña y de la estrategia de ambos partidos se ha concentrado en esta zona del país. Incluso en la elección de los dos aspirantes a vicepresidente.

Origen de los aspirantes a “vice”

J.D Vance, el republicano, es senador por Ohio -estado fronterizo de Michigan- y antes de meterse en política era conocido como “la voz del cinturón de óxido” por su libro de memorias “Hillbilly Elegy”, en el que explicaba a la perfección los motivos por los que una región tradicionalmente liberal había claudicado al conservadurismo.

Los demócratas, por su parte, han elegido como número dos de Harris a Tim Walz, gobernador de Minnesota -estado fronterizo de Michigan- y representante de la resistencia demócrata al “trumpismo” en el norte del país.

También los demócratas ubicaron la convención que encumbró a Harris como nueva candidata tras la retirada de Biden en esta región: durante cuatro días el United Center de Chicago, la capital económica del Medio Oeste estadounidense, recibió a los Obama, los Clinton y toda una lista de invitados y celebridades como Oprah Winfrey.

Desde entonces, la candidata ha visitado la región una treintena de veces, varias esta semana.

En las últimas dos jornadas de campaña los demócratas han desplegado toda su artillería para movilizar al mayor número posible de votantes en la zona: Solo el domingo, Barack Obama se unió a Harris en un mitin el domingo organizado en Milwaukee, la ciudad más grande de Wisconsin, después de que la candidata visitara Detroit, la metrópolis más importante de Michigan.

“Necesitamos que todos en Wisconsin voten, ustedes van a marcar la diferencia en estas elecciones... ustedes marcarán la diferencia... ustedes", subrayaba Harris este fin de semana en un acto de Fox Valley, uno de los suburbios de Wisconsin que pueden garantizar su victoria en los estados bisagra.

En 2020, Biden y Harris ganaron Wisconsin por menos de 20.000 votos y aseguraron Michigan con más de 100.000 sufragios de ventaja. Mejorar o superar esos márgenes son fundamentales para que la candidatura de la mujer que aspira a ser la primera presidenta del país triunfe. O para que Trump regrese.