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La demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump se preparan para unas elecciones que prometen ser las más disputadas en Estados Unidos en lo que va de siglo. Según una encuesta publicada por el Washington Post, ambos candidatos se encuentran en un virtual empate en siete estados clave, lo que anticipa una contienda electoral muy abierta.

Cada voto cuenta, más en un sistema electoral conocido como winner-takes-all ("el ganador se lo lleva todo") en el que el candidato que gana la mayoría de los votos populares se lleva todos los votos electorales que ese Estado tiene asignado. De esta forma, el resultado de unos pocos Estados, en los que la victoria no está clara para ninguno de los dos partidos, se convierte en decisivo.

En esta compleja ecuación juega un papel crucial el voto de un colectivo: los sindicatos. Y es que las organizaciones de trabajadores, históricamente vinculadas al Partido Demócrata, se han convertido en un actor principal también para la campaña de Donald Trump debido a su gran importancia, especialmente en estados 'bisagra' como Michigan, Pensilvania y Wisconsin, con gran tradición industrial.

Los sindicatos, vinculados a los demócratas

Joe Biden presumió siempre de ser el mayor defensor de los trabajadores de todos los líderes que habían ocupado la Casa Blanca. En septiembre de 2023 hizo historia al convertirse en el primer mandatario en activo del país en sumarse a unos piquetes en defensa de mejores condiciones laborales para los empleados del sector automotriz.

Lo hizo en Detroit en respaldo de United Auto Workers (UAW), que ese mes inició una huelga en General Motors (GM), Ford y Stellantis, los tres grandes fabricantes de EEUU, ante la falta de un acuerdo para la firma de un nuevo convenio colectivo y con la que acabó logrando mejoras salariales.

Joe Biden en la huelga del sindicato United Auto Workers, este martes en Bellville (Michigan). Reuters

La misma línea ha seguido Kamala Harris, quien salió en defensa de los sindicatos durante un mitin en el estado industrial de Michigan y prometió trabajar con estas organizaciones para "crear empleos bien remunerados, incluidos empleos que no requieran un título universitario". "No se equivoquen, Trump no es amigo de los obreros", advirtió.

Harris se ha garantizado el respaldo de una decena de los sindicatos más influyentes de Estados Unidos, entre ellos, Unites Auto Workers, que representa a los trabajadores de los sectores del automóvil, aeroespacial y de producción de maquinaria agrícola.

La pugna de los republicanos 

Por su parte, Trump ha presumido durante la campaña electoral de haber conseguido el respaldo de parte de los sindicatos, según él gracias a sus políticas favorables a los trabajadores. De hecho, consiguió que la Hermandad Internacional de Camioneros (Teamsters), una de las principales organizaciones de trabajadores del país, decidiera no apoyar a Harris en estos comicios. 

Una decisión histórica para el sindicato, que por primera vez en décadas no ha pedido el voto por la candidatura demócrata, aunque tampoco lo hará por Trump. El apoyo de este sindicato es clave, ya que la organización está profundamente arraigada en el Medio Oeste industrial, también conocido como el 'Cinturón de Óxido' (Rust Belt) estadounidense, clave en las próximas elecciones. 

La decisión del sindicato de permanecer neutral se produjo después de que su organización certificara mediante una encuesta interna entre sus afiliados que el 60% apoyaba a Trump y solo el 34% prefería a Harris. 

Meses antes, la Convención Nacional Republicana, celebrada en el estado bisagra de Wisconsin, contó con la presencia de su presidente, Sean O’Brien. A pesar de no dar explícitamente su apoyo a Trump, su mera presencia en el foro fue algo insólito, ya que se trataba del primer líder de esa agrupación en hablar en una convención conservadora. "Al final del día, a Teamsters no le interesa si tienes una D, una R o una I junto a tu nombre", dijo O’Brian en referencia a demócratas, republicanos o independientes. 

La importancia del apoyo de los sindicatos

El papel de los sindicatos como actores clave en la vida política de EEUU ha disminuido notablemente en las últimas décadas. Sin embargo, su presencia en Estados decisivos para determinar la victoria de uno de los dos partidos hace que su voto sea crucial.

Pese al avance del apoyo de estos sindicatos a los republicanos, el grueso de ellos se decanta por los demócratas. No obstante, casi el 40% de los afiliados a estas organizaciones se declara en la actualidad simpatizante de Trump, frente al 59% de Harris, según un estudio elaborado por el centro Pew Research en 2023.