El expresidente estadounidense y candidato republicano a la Casa Blanca Donald Trump (2017-2021) se ha mostrado en el último mitin de su campaña convencido de que va a ganar las elecciones que se celebran este martes y en las que se enfrenta a la vicepresidenta, Kamala Harris.
"Creo que deberíamos poder hacerlo con bastante facilidad. Está totalmente en nuestras manos", ha señalado en un mitin en la ciudad de Grand Rapids, Míchigan, con el que puso fin a su campaña antes de que los estadounidenses acudan en unas horas a las urnas.
En su discurso, Trump criticó la lentitud de las máquinas que leerán los resultados electorales. "¿Qué diablos está pasando dentro de esas máquinas? Queremos la respuesta mañana, esta noche", dijo, en su constante interés en poner en duda los resultados, que por los márgenes ajustados en varios estados podrían tardar días en llegar.
Su mitin, el cuarto de una maratónica jornada por estados clave, arrancó después de la medianoche, con casi dos horas de retraso, en el Van Andel Arena, un estadio de ligas menores de la NBA con capacidad para unas 12.000 personas, abarrotado para recibir al expresidente.
Esta ciudad de Míchigan de poco más de 195.000 habitantes, afirmó, es "un lugar especial". De hecho, en ella ha cerrado sus tres campañas a la presidencia. En 2016 ganó Míchigan y desde entonces este estado ha pasado a la lista de estados clave.
El modesto estadio elegido por el republicano contrastó con el escogido por la candidata demócrata para cerrar su campaña: la ciudad de Filadelfia, cuna de la democracia estadounidense, con artistas como Lady Gaga o Ricky Martin como invitados.
"Ella tuvo un mitin hoy. No podía haber más de 100 personas allí, y yo he tenido los cuatro estadios llenos", afirmó el expresidente sobre el evento de Harris, que estuvo abarrotado.
Arropado en el escenario por varios de sus hijos y aupado por sus fanáticos, que esperaron durante horas para presenciar su último mitin como candidato a la presidencia, el político de 78 años definió a Harris como "una lunática de izquierda radical".
"Pero no tenemos que conformarnos con la debilidad, la incompetencia, la decadencia (…) Con su voto de mañana, podemos solucionar todos los problemas que enfrenta nuestro país y llevar a Estados Unidos, de hecho, al mundo, a nuevas alturas de gloria", dijo.
Todo lo que hay que hacer, afirmó, es "conseguir que la gente vote". "Ustedes hagan que la gente vote. Ellos (los demócratas) no pueden hacer nada al respecto. Ganaremos", aseguró.
Empatados en las encuestas
Aunque las encuestas digan lo contrario y en ellas Harris y Trump aparecen completamente empatados, el republicano afirmó que su partido está "liderando por cientos de miles de votos".
Como hizo en los mítines previos en Carolina del Norte y en los dos de Pensilvania, Trump volvió a insistir en varias de sus promesas de campaña como la deportación masiva de inmigrantes irregulares o la imposición de aranceles a China.
También recordó sus intentos de asesinato y afirmó que está convencido de la creencia de muchos de sus seguidores: "Creo que es verdad, que Dios me puso aquí para salvar este país", dijo.
Y de nuevo volvió a presentarse como una víctima de la justicia y afirmó que no sólo se está enfrentando a Harris: "Derrotaremos al sistema corrupto de Washington porque me estoy postulando contra un sistema demócrata malvado", afirmó el expresidente, quien está implicado en cuatro casos por delitos penales.
Tres de ellos -vinculados con el asalto al Capitolio, la injerencia electoral o la retención de documentos clasificados- están pendientes de resolverse después de que el expresidente haya logrado dilatarlos hasta después de las elecciones.
Mientras, el de los pagos irregulares a la actriz porno Stormy Daniels, hizo que se convirtiera en el primer expresidente estadounidense imputado y condenado por un delito penal.