Donald Trump será de nuevo presidente de los Estados Unidos (EEUU). El republicano ha ganado con claridad a la candidata demócrata, Kamala Harris. Lo curioso de la situación, a la par que novedoso, es que será presidente con causas pendientes con la justicia.
En concreto, Donald Trump está imputado por tres causas en las que acumula 48 cargos contra él: asalto al Capitolio; supuesta injerencia electoral en el estado de Georgia; y el conocido como caso Stormy Daniels.
Sin olvidar que hubo otra causa contra Trump, la conocida como los documentos clasificados de Mar-a-Lago, su residencia en Florida, que finalmente fue anulada. Lo que se examinaba era si Trump y su equipo no cumplieron con las normas de seguridad nacional del quedarse documentos calificados como sensibles tras abandonar la Casa Blanca.
¿Cuáles son las causas pendientes de Donald Trump?
De las tres causas pendientes, en una de ellas ya se ha conocido el veredicto de culpabilidad (fue el pasado 30 de mayo). Se trata del caso Stormy Daniels. Recordemos que, en 2016, la actriz porno Stormy Daniel hizo público el encuentro sexual que tuvo con Trump en 2006.
El abogado de éste le pagó 130.000 dólares para conseguir su silencio. Algo que también hizo con otra modelo. El castigo se le impuso porque utilizó las cuentas de su empresa inmobiliaria para encubrir los desembolsos. Fue la primera condena penal de un expresidente de los EEUU que negó todas las acusaciones. Está pendiente de conocerse la sentencia.
Respecto a la injerencia electoral en el estado de Georgia durante las elecciones de 2020, la fiscal Fani Willis acusa a Donald Trump (y a otras 18 personas, entre ellas, el exalcalde de Nueva York, Rudy Guiliani) de asociación criminal y conspiración para cambiar la decisión de las urnas.
La investigación puso el foco en la llamada telefónica que hizo a Brad Raffensperger, secretario de Estado de Georgia en la que, supuestamente, le presionó para encontrar los votos que necesitaba para ganar en el estado. En concreto, 11.780 votos, uno más que el candidato demócrata, Joe Biden.
Por esta causa, Donald Trump se enfrenta a 10 cargos. De momento, cuatro de los acusados ya se han declarado culpables de conspirar para dar la vuelta al resultado. El juicio no tiene fecha.
Por último, el asalto al Capitolio. Fue el 6 de enero de 2021 cuando los seguidores de Trump asaltaron el Congreso de EEUU. Ese día, los congresistas debían ratificar los resultados de las elecciones ganadas por Joe Biden.
A Trump se le acusa de cuatro cargos: conspiración para defraudar a EEUU; conspiración para obstruir un procedimiento oficial, es decir, la certificación de la victoria de su oponente, el demócrata Joe Biden; obstrucción e intento de obstruir un procedimiento oficial; y conspiración contra los derechos ciudadanos al negarle a los ciudadanos su derecho a votar y a que su voto sea contado.
En esta otra causa, de nuevo, Donald Trump se ha declarado no culpable. Los abogados de Donald Trump lo que han estado haciendo hasta ahora es tratar de dilatar el procedimiento, sobre todo en el caso del Capitolio. ¿Su argumento? Que como cuando sucedió era presidente, era inmune a cualquier enjuiciamiento criminal.
Tras ser rechazado dicho argumento, ahora mismo la causa está en el Tribunal Supremo que ha puesto fecha para escuchar a las partes: 25 de abril de 2025.
En esta entidad los jueces conservadores son mayoría. Incluso tres de ellos fueron nominados por el propio Trump.
¿Puede indultarse Trump a sí mismo?
La respuesta es compleja. De momento, estas causas no le han impedido presentarse a las elecciones y ganarlas. La Constitución de EEUU de 1787 no hace ningún tipo de mención sobre la situación legal o judicial de los candidatos o mandatarios en funciones.
Dicho de otra manera, no lo prohíbe de manera explícita, por lo que las interpretaciones abogan porque ni una acusación, ni una condena, pueden impedir que una persona se presente a presidente o, incluso, sea presidente.
Con Trump de nuevo presidente, ¿puede absolverse a sí mismo? La Constitución antes citada habla de que el presidente puede otorgar indultos y clemencias. Pero a otros. Y es aquí donde surgen las dudas.
Los que abogan por el no, ponen el foco en que nadie puede ser juez de sí mismo. Pero como nunca ha habido precedentes, surge la duda. Es posible que sea la Corte Suprema, si finalmente se da el caso, quien acabe aclarando la situación si se diese.