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El presidente de Venezuela, Maduro, y el enviado del presidente estadounidense Trump, Grenell, se reúnen en Caracas. Reuters
El enviado para misiones especiales de Trump se reúne con Maduro para que acepte los vuelos de deportación
La Casa Blanca aclara que la visita a Caracas de Richard Grenell no significa que Washington le reconozca como presidente del país sudamericano.
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El enviado para misiones especiales del presidente estadounidense Donald Trump, Richard Grenell, se ha reunido este viernes con el mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, en Caracas. El encuentro gira en torno a las deportaciones masivas del republicano para que Maduro acepte a los venezolanos sin papeles que hayan cometido delitos y vayan a ser repatriados.
El encargado de Latinoamérica en el Departamento de Estado, Mauricio Claver-Carone, informó que el objetivo de la visita de Grenell es lograr que Venezuela, que no mantiene relaciones diplomáticas con EEUU, acepte vuelos de deportación de migrantes indocumentados y conseguir la liberación de ciudadanos estadounidenses detenidos en cárceles venezolanas.
La semana pasada, Grenell escribió en sus redes sociales: "La diplomacia está de vuelta. Hablé con varios oficiales de Venezuela y me estaré reuniendo con ellos. Hablar es una táctica".
"Esta misión especial es muy concreta. Estados Unidos y el presidente Trump esperan que Nicolás Maduro reciba de vuelta a todos los criminales y miembros de pandillas venezolanos que han sido enviados a Estados Unidos y que lo haga sin condiciones. Es un asunto innegociable", afirmó Claver-Carone.
"El segundo punto es que los rehenes estadounidenses que están detenidos en Venezuela deben ser liberados de inmediato", agregó, en referencia a ocho ciudadanos detenidos, la mayoría de ellos desde el año 2024.
Tras trascender la reunión, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, se apresuró a aclarar que esta visita no significa un reconocimiento de Maduro como presidente del país sudamericano.
Las deterioriadas relaciones bilaterales
Washington ha afrontado dificultades para deportar venezolanos durante años debido al deterioro de las relaciones bilaterales y, especialmente, tras la ruptura diplomática de 2019 durante el primer mandato de Trump, cuando EEUU reconoció al opositor Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.
Trump, que durante la pasada campaña electoral, llamó a Maduro "dictador", llevó a cabo una estrategia de máxima presión contra el régimen venezolano entre 2017 y 2021, incluida la imposición de duras sanciones al país sudamericano y su industria petrolera.
Desde entonces, los vuelos de deportación han sido escasos. Bajo la Administración de Joe Biden (2021-2025), se reanudaron brevemente en octubre de 2022, pero se suspendieron nuevamente cuatro meses después.
Biden levantó brevemente algunas de las restricciones de la era Trump tras las promesas electorales de Maduro, pero luego las restableció, diciendo que el líder venezolano había incumplido sus promesas de una votación democrática justa.
En sus primeras horas en la Casa Blanca, Trump aseguró que no quiere el petróleo de Venezuela porque Estados Unidos "no lo necesita".
Richard Grenell es un diplomático y experto en política internacional, que fue embajador de los Estados Unidos en Alemania, director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos y enviado especial del presidente para las negociaciones de paz en Serbia y Kosovo.
Cuando fue nombrado enviado para misiones especiales por Trump escribió en sus redes sociales: "La diplomacia está de vuelta. Hablé con varios oficiales de Venezuela y me estaré reuniendo con ellos. Hablar es una táctica".