J. Sánchez
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado este viernes en un post en la red Truth Social que ha mantenido "conversaciones muy buenas y productivas" con su homólogo ruso, Vladimir Putin, al que le ha pedido que su ejército no mate a las tropas ucranianas que están "completamente rodeadas y en una posición muy mala y vulnerable", en alusión a los soldados en Kursk.

Tras esta publicación, la Casa Blanca se apresuró a aclarar que Trump no había hablado con Putin, sino que fue su enviado especial para Oriente Medio, Mike Witkoff, durante su visita este jueves a Moscú.

El republicano advirtió de que las operaciones rusas colocan a "miles de tropas ucranianas" en "una posición muy mala y vulnerable". Ante esta situación, Trump asegura que ha solicitado a su homólogo ruso "encarecidamente" que "se les perdone la vida". "Esta sería una masacre horrible, como no se ha visto desde la Segunda Guerra Mundial", señala.

Una petición a la que Putin ha contestado rápidamente garantizando que perdonarán la vida a las tropas ucranianas, si éstas se rinden. Dirigiéndose a su Consejo de Seguridad, el presidente ruso afirmó haber leído la publicación de Trump. Aunque insistió en acusar a las tropas ucranianas de haber cometido crímenes contra civiles que, según él constituyen "terrorismo" -algo que Kiev niega-, afirmó comprender la demanda de su homólogo estadounidense.

Sobre las relaciones con Washington, Putin, quien dedicó esta reunión con el Consejo de Seguridad al restablecimiento de lazos con EE.UU., afirmó que "la situación ha empezado a cambiar". "Veremos qué sale de esto", dijo.

Aparte de la situación de las tropas ucranianas en Kursk, Trump consideró además que "hay muchas posibilidades de que esta horrible y sangrienta guerra finalmente llegue a su fin".

Unas horas antes, en otra publicación en la misma red social, Trump cargó contra su antecesor en el cargo, el demócrata Joe Biden, al que tildó de "corrupto", acusándole de meter a EEUU en "un verdadero lío con Rusia". "Millones de personas han muerto innecesariamente, para nunca ser vistas de nuevo... y habrá muchas más si no conseguimos que se complete y firme el alto al fuego y el acuerdo final con Rusia", añadió.

Un mensaje en el que reiteró de nuevo que si él hubiera sido presidente esta guerra no habría empezado, ni tampoco habrían tenido lugar los ataques del 7 de octubre de Hamás contra Israel o la precipitada retirada de Afganistán. "¡Qué gran impacto tuvieron en nuestro país unas elecciones amañadas y corruptas!", afirmó aludiendo de nuevo a sus acusaciones de que le robaron la Presidencia en 2020.

Las 'dudas' de Putin sobre la tregua

El presidente ruso se reunió anoche en el Kremlin con el emisario especial de la Casa Blanca, Mike Witkoff, un encuentro en que le trasladó que apoya la postura de Trump de acabar con la guerra, aunque espera que se aclaren sus "dudas" sobre la tregua temporal de 30 días que Washington y Kiev pactaron en Arabia Saudí esta semana.

No obstante, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aseguró que la primera declaración de Putin sobre su apoyo a la propuesta de tregua de 30 días con numerosos matices es, en realidad, una estratagema para alargar la guerra.

Entre estas dudas que ha despertado la iniciativa estadounidense en el Kremlin -el asesor internacional, Yuri Ushakov, la calificó de precipitada y parcial-, figuran desde el mecanismo de verificación a las garantías de que la tregua no servirá de respiro para que el Ejército ucraniano se reagrupe y rearme.

En cuanto a la verificación, Moscú ya ha rechazado la posibilidad de que tropas de paz europeas sean desplegadas en territorio ucraniano, aunque sea para supervisar el alto el fuego y no operen bajo la bandera de la OTAN.

Kursk, prácticamente liberada

Putin se desplazó el pasado miércoles por primera vez a Kursk, donde ordenó aplastar a los "terroristas" ucranianos que llevaron a cabo la primera invasión de suelo ruso desde la Segunda Guerra Mundial.

El mandatario aseguró que Rusia ha recuperado el 86% del territorio ocupado por Kiev. Sólo en la última semana las tropas rusas retomaron 29 asentamientos en Kursk, según informó el Ministerio de Defensa ruso.

Ante la inminente pérdida de Kursk, el Gobierno ucraniano destituyó el miércoles al jefe del mando norte del Ejército, el general Dmitró Krasílnikov, responsable de la incursión militar en la región rusa.

La rápida pérdida del territorio ocupado en esta región rusa fronteriza -Kiev llegó a controlar más de mil kilómetros cuadrados- ha hecho trizas el anhelo de Ucrania de usarlo como moneda de cambio de cara a unas posibles negociaciones de paz.