El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha vuelto a la carga en su apuesta por acabar con el narcotráfico y el crimen a través de las ejecuciones extrajudiciales, aunque él no las considera como tales. En anteriores ocasiones animó a todos los ciudadanos a matar a narcotraficantes y drogadictos; en ésta, ha dicho con orgullo que él mismo ha matado personalmente a supuestos criminales, en un discurso del lunes por la noche.
Duterte ha asegurado que mientras fue alcalde de la ciudad de Davao, al sur del país, durante 20 años lideró esfuerzos similares. "En Davao solía hacerlo personalmente, sólo para mostrar a los chicos [la policía] que ¿si yo puedo hacerlo, por qué no puedes tú?", aseguró según la Agencia France Presse (AFP).
"Iba en motocicleta por Davao con una gran bici y simplemente patrullaba las calles, también buscando problemas. Realmente buscaba una confrontación, de forma que pudiera matar", ha afirmado.
Organizaciones de derechos civiles ya habían acusado previamente a Duterte de liderar patrullas de la muerte en la ciudad donde fue alcalde y a la que acusan de haber matado más de un millar de supuestos criminales.
El presidente filipino asegura que la policía sólo mata en defensa propia, pero a la vez ha dicho que no permitirá que ningún agente acabe en la cárcel si es declarado culpable de asesinato en la guerra contra el crimen.
Al mismo tiempo ha dicho: "No soy un asesino. No disfruto viendo a un filipino tirado en el suelo rodeado de sangre. Cada vez que decido algo, como la compra de armas o de balas, siempre tengo presente que estas cosas podrían ser usadas contra los filipinos", según el medio filipino Rappler en declaraciones recogidas por Efe.
Duterte ha amenazado con perseguir a cualquier policía que lleve a cabo ejecuciones injustificadas bajo su punta de vista: "No lo hagáis, especialmente si la excusa es que era un camello. No lo hagáis, porque iré a por vosotros. Hijos de puta, os dispararé".
En octubre, se comparó con Hitler y manifestó que le gustaría matar a tres millones de drogadictos. Más tarde se disculpó por la referencia nazi, pero siguió afirmando que "empatizaba" con la idea de matar a millones de toxicómanos.
Desde que llegó al poder el 30 de junio de este año, la policía ha matado oficialmente a 2.086 personas en operaciones antidroga. Las cifras oficiales también señalan que otras más de 3.000 personas han sido asesinadas en circunstancias desconocidas y cuya autoría Duterte ha atribuido a gángsteres.