La Cámara Alta del Parlamento japonés ha aprobado este viernes la propuesta legislativa que permitirá al emperador Akihito ceder el trono a su hijo, el príncipe heredero Naruhito, en la que será la primera abdicación en este país en 200 años.
La promulgación llega diez meses después de que el monarca de 83 años expresara su deseo de abandonar el trono por su avanzada edad y salud delicada, un supuesto que la ley que rige la Casa Imperial japonesa no contemplaba en la actualidad.
El Gobierno debe fijar ahora una fecha para la abdicación que tendrá lugar dentro de los tres años siguientes a la promulgación de la normativa que únicamente es aplicable al emperador Akihito.
Aunque no hay una fecha decidida, el Ejecutivo baraja diciembre de 2018, cuando el emperador cumplirá 85 años y completará tres décadas como jefe de Estado, o enero de 2019, coincidiendo con el paso natural del año para limitar el impacto a efectos administrativos del cambio de era que se produciría en Japón.
Pese a que sólo la abdicación póstuma está contemplada en la actual ley de la Casa Imperial, en el pasado la mitad de los 125 emperadores que han ocupado el Trono del Crisantemo abandonaron el cargo antes de su muerte, el último el emperador Kokaku en 1817.
El órgano legislativo aprobó también una resolución no vinculante que insta al Gobierno a abrir el debate sobre la permanencia de las mujeres en la institución tras el matrimonio y la posibilidad de establecer ramas colaterales femeninas de la familia para atajar la disminución de sus miembros.
Sin apenas varones en la familia real
La ley que rige la Casa Imperial japonesa desde 1947 no permite la ascensión al trono del Crisantemo de las mujeres, que además pierden su estatus de realeza cuando contraen matrimonio con un plebeyo, prácticamente la única opción viable para ellas, dado que el único varón soltero de la familia es el príncipe Hisahito, de 10 años.
El anuncio, en mayo, del compromiso de la nieta mayor de Akihito, la princesa Mako, con un compañero de universidad tuvo gran impacto social en Japón y reavivó el debate sobre la reforma de la ley de la Casa Imperial para intentar asegurar la sucesión ante la escasez de nacimientos de varones en el seno de la familia.
Cuando la princesa se case, la familia pasará a contar con 18 miembros, de los cuales sólo cinco son varones: el emperador Akihito (83), su hermano el príncipe Hitachi (81), el príncipe heredero Naruhito (57), el príncipe Akishino (51) y el príncipe Hisahito (10), el único nuevo varón del emperador.