El Gobierno de Bangladesh rechazó este miércoles las declaraciones de la líder birmana, Aung San Suu Kyi, y consideró inaceptable que la premio Nobel de la Paz condicionara el martes el regreso de los rohinyás refugiados en territorio bangladeshí a un proceso de verificación previo.
"Las condiciones que ella impuso para la repatriación de los refugiados no son aceptables en absoluto", dijo el ministro de Información de Bangladesh, Hasanul Haque Inu, en el Club Nacional de Prensa de Dacca, según un comunicado de su departamento.
En su intervención, Haque hizo referencia al discurso que dio la víspera la líder de facto de Birmania (Myanmar), quien, tras condenar las violaciones de los derechos humanos en su país, aseguró que permitirá el regreso de los refugiados rohinyás, después de un proceso de "verificación".
"Sus observaciones no abordaron la verdadera fotografía del problema de los rohinyás", afirmó el ministro bangladeshí, en la jornada en la que la ONU señaló que 422.000 miembros de esta minoría musulmana han cruzado a Bangladesh en el último mes.
La líder birmana sabe que los rohinyás llegados a territorio bangladeshí son "ciudadanos de Myanmar", incluso los que lo hicieron en el pasado, declaró Haque en referencia a oleadas migratorias previas.
Criticó que Suu Kyi no se refiriese a la limpieza étnica que, según organismos como la ONU, ha tenido lugar en la región birmana de Rakhine contra los rohinyás.
"Incluso la limpieza étnica y el genocidio no se reflejaron en su discurso", recalcó. La líder birmana afirmó ayer que no teme el "escrutinio" internacional y aseguró que su Gobierno está buscando soluciones al conflicto entre musulmanes y budistas.
La crisis de los rohinyás comenzó el pasado 25 de agosto, después de que un grupo insurgente local atacara unas casetas de la Policía y del Ejército en Rakhine, lo que desencadenó una operación militar catalogada por el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos como un "caso de libro de limpieza étnica".